Él pertenece a la primera generación arhuaca que, con autonomía, pudo ir a las ciudades a formarse.
“Graduados aún hay pocos, pero pronto vienen ingenieros, abogados y expertos en ciencias humanas. Vienen nuevas generaciones formándose en otros campos del conocimiento”, dijo en entrevista a los medio.
Torres aseguró que vivir en Bogotá no fue nada fácil por las costumbres, el clima y la comida, muy diferentes a los de su tierra, pero el apoyo de su comunidad y de su familia lo impulsó a seguir los estudios.
Y añadió:
El estudio me sirvió en parte para saber que la ciencia, cuando es tan puntual, rígida y cerrada, tiene un punto de quiebre”.
En la actualidad cursa una maestría en física y destaca que más que conocimientos lo que quiere llevar a su comunidad es el tema de la interculturalidad y generar lazos sociales para entendernos como país.
En cuanto a su interés por la física dijo en la entrevista:
Yo crecí en una cultura ancestral conectada con la naturaleza. Eso despertó mi interés por entenderla.
Torres hizo parte de los 4.063 estudiantes graduados de la Universidad Nacional en este segundo semestre de 2016.
