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sábado, 23 de abril de 2016

Ciénaga, el primer amor de Carrerá


Esta población del departamento del Magdalena registra una arquitectura ‘sui géneris’, fruto del intercambio cultural y de la trasformación social que ha vivido en su historia, promovida por la activación económica y productiva de la zona.

Entre todos los lugares mágicos que hay en Colombia, pero más que todo en la Costa Caribe encontramos a Ciénaga Magdalena como un ícono en la historia y un referente cultural, que en su momento generó una economía que logró dinamizar la región gracias a la producción de tabaco y la exportación del banano reconocida como la “bonanza bananera” y a consecuencia la trasformación de la sociedad; un cambio radical en la arquitectura y en el espacio urbano que paso de un aspecto colonial a una modernidad configurada en gran medida por la adopción y reinterpretación de modelos extranjeros que ya contextualizados constituyeron la particular arquitectura ecléctica de la ciudad.

Según el arquitecto Juan Carlos Pérgolis, quien ha estudiado la arquitectura y el desarrollo urbano de Ciénaga afirma que: “No hay dudas que la sociedad de Ciénaga dio satisfacción a los deseos de modernidad y se sintió participe del mundo a través de esa arquitectura ecléctica que era ajena a las frías imágenes que generaban los conjuntos de viviendas – los gallineros electrificados (García Márquez, 1967)- de los empleados de la United Fruit Co. que eran vistos como «una rareza de los gringos».

En el barrido de la historia de la arquitectura de Colombia encontramos que Ciénaga registra una arquitectura sui géneris fruto del intercambio cultural y de la trasformación social promovida por la activación económica y productiva de la zona; por ello no es casualidad que el maestro Manuel Carrerá Machado llegara a la ciudad atraído por la dinámica propia de la época y dejara su huella con la fuerza de expresión que siempre le caracterizo. 

Fue entonces Ciénaga el lugar que lo acogió al llegar a Colombia y se convirtió en su primer amor, entregó a su historia edificaciones tan importantes como el Hospital San Cristóbal, el Antiguo Hotel Tobiexie y la casa propiedad de Gabriel Gonzales, y que hoy son vivos ejemplos de su entrega y pasión por una arquitectura funcional, pero con la alta sensibilidad, que sin duda dejo plasmada en cada una de sus obras.

El centro Histórico de Ciénaga es declarado como Monumento Nacional de Colombia (Resolución 016 de 1994) además de su historia y su legado cultural cuenta con una rica arquitectura y un trazado urbano que en su momento imprimió de modernidad la próspera ciudad; piezas tan emblemáticas como el Parque Centenario, El Templete que data de 1926, al igual que el Palacio Municipal obra de la firma Parrish y Co. Entre otros ejemplos Ciénaga resguarda en su centro histórico una de las obras más importantes de Manuel Carrerá, el Antiguo Hotel Tobiexie.

Según el arquitecto local Guillermo Morán, el Hotel Tobiexie fue un verdadero epicentro de eventos de la alta sociedad y hospedaje por excelencia de los antiguos empresarios bananeros en su época, tras la crisis bananera cierra sus puertas y posteriormente gracias a su valor arquitectónico suscita el interés por conservarlo, se presenta un proyecto intervención el cual fue rechazado y desde entonces tomado por el Estado, y hasta la fecha funciona el Instituto Nacional de Formación Técnica Profesional, más conocido como Infotep.

 
Detalle de una de las ventadas del Antiguo Hotel Tobiexie. Allí funciona actualmente el Infotep.

Para el Hotel Tobiexie, Carrerá se decanta por la conjugación de estilos ya tradicionales como el Neocolonial y deja su impronta con la introducción de algunos gestos de Déco Tropical que más adelante imperarían con mayor fuerza en muchas de sus obras. 

El volumen se desarrolla en torno a un patio central porticado generando un gran jardín con arborización nativa de la región. El diseño cuenta con un excelente manejo bioclimático, espacios ventilados e iluminados naturalmente que durante las diferentes horas del día parecen girar todos en torno a el jardín central. Sobre la fachada principal un retroceso contribuye con la incidencia directa del sol, generando un amplio espacio de transición del exterior a las instancias interiores de la segunda planta, donde se ubicaban las habitaciones del hotel con la vista mas privilegiada y ventiladas con fresca brisa del mar.

De manera singular Carrerá resalta una vez mas el cuidado por cada uno de los detalles de sus obras, para el Hotel Tobiexie recurre a una fina carpintería de fabrica de madera, de influencia neocolonial, arcos de medio punto para puertas y ventanas con reja de bolillos torneanos imperan en todo el diseño, y se articulan con la balaustrada dispuesta en la fachada principal sobre la terraza de la segunda planta. Dejan evidencia la intención de contextualizar su arquitectura a la cultura local, no dejando por fuera detalles y elementos arraigados desde la época colonial y que siguen vigentes muy a pesar que ya se hubiesen introducido otros valores propios de la arquitectura moderna.

El Antiguo Hotel Tobiexie lleva la impronta de Carrerá en cada uno de los espacios, al recorrer los pasillos que enmarcan el patio central se vive la experiencia de un diseño integralmente contextualizado con el clima, elementos que mitigan la incidencia solar y la matizan en los espacios interiores generando frescas y confortables instancias para el descanso y el esparcimiento, en los que claramente denota la intención de disfrutar de la vegetación y los vientos frescos viviendo el espacio interior. La solidez estructural y la excelente factura de la obra de Carrerá son características de la edificación sumado a cada uno de los detalles ornamentales en su totalidad maneja un sobrio diseño compositivo.

Fuente: EL Heraldo

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