OBISPO DE LA DIÓCESIS de Santa Marta, monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval |
EL OBISPO DE LA DIÓCESIS de Santa Marta, monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval, aseguró que en esta capital existe una fe católica viva, lo cual permite fortalecer la Iglesia.
"Me he sentido muy acogido, lo que es un signo claro de fe, porque la gente sabe qué y a quién representa el Obispo", aseguró monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval.
Desde hace ocho meses la ciudad de Santa Marta se encuentra estrenando Obispo, monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval, un servidor de Dios que con mucha humildad ha asumido este reto.
A pesar de los impases de salud que ha sufrido, significándole su ausencia en esta bella tierra durante varios meses, no fue motivo para monseñor Piedrahita Sandoval dar marcha atrás al gran compromiso que asumió ante Dios, con el fin de guiar los pasos de los fieles católicos de esta ciudad, la primera según los datos históricos de abrir la puerta de la Evangelización a Colombia. Hoy en esta fecha especial, cuando Santa Marta se encuentra de cumpleaños, el Obispo de la Diócesis de samaria nos abrió su corazón para unirse a esta celebración y entregarnos su mensaje, a través de una entrevista exclusiva, con el propósito de invitarnos a seguir los pasos de Jesús.
¿Cómo percibe la fe en Santa Marta?
Desde mi llegada a Santa Marta he podido constatar una fe católica viva. A mí paso por las diferentes parroquias he encontrado una presencia abundante, piadosa, viva, además de comprometida y cercana a la Iglesia.
¿Ha visto evolución en la congregación de feligreses?
En tan poco tiempo que llevo en Santa Marta, escasos ocho meses y de esos, cuatro meses ausente por mi enfermedad, es difícil constatar dicha evolución. De todas maneras, siempre la Diócesis, con sus proyectos pastorales, pretende avivar dicha evolución, tanto en cantidad como en calidad, buscando cumplir el mandato de Jesús, de hacer discípulos a todas las gentes, y empeñados en formar verdaderos discípulos misioneros, como lo pide la Iglesia hoy. Siento que en los últimos años ha habido un aumento de la vivencia de la fe en el país, debido al proceso de formación permanente e integral de los fieles laicos, impulsado por la misión diocesana, a través del discipulado misionero, por medio de la escuela de Nueva Evangelización Galilea, de la formación de catequistas, además de otras experiencias diocesanas y parroquiales que fortalecen la formación teológica, bíblica, social. Un índice concreto de dicha evolución es la creación de varios Centros de Evangelización que permite la creación de nuevas parroquias y el fortalecimiento de los grupos y movimientos laicales.
¿En qué rangos de edad se encuentran la mayoría de fieles de la ciudad?
Hay de todos los rangos, niños, adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos. Me anima mucho ver muchos niños y jóvenes haciendo presencia de Iglesia en las diferentes Parroquias que visito, como también en los movimientos apostólicos y en los organismos de pastoral de la Diócesis de Santa Marta. Ellos ofrecen un rostro juvenil a la Iglesia y constituyen la esperanza de la misma.
¿Los jóvenes buscan la palabra de Dios?
Toda persona de por sí busca la Palabra de Dios, que es Palabra de Vida. Lo que pasa es que ese deseo puede estar escondido, como dormido, distraído por tantos ruidos y propuestas de nuestra cultura que están llamando permanentemente la atención de los jóvenes, como 'bombardeando' la mente de los jóvenes. Y el reto de la Iglesia es centrar la atención de los jóvenes, mostrando una Iglesia joven, dinámica, comprometida con las realidades humanas, que de testimonio con la vida de lo que predica.
¿Qué procesos de Evangelización se emplea para atraer a los jóvenes?
No me gusta mucho la palabra "atraer", porque lo que la Iglesia trata de hacer es "anunciar" la persona de Jesús a la gente. El que atrae de por sí es Cristo, y siempre esperamos que presentemos a Cristo a los jóvenes y a todas las personas de tal manera que sea Cristo una persona atractiva. En ese compromiso siempre se mueve la Iglesia.
¿Qué representación tiene para usted Santa Marta a nivel religioso y como ciudad?
Me permito destacar el dato histórico muy importante de la ciudad de Santa Marta como puerta de entrada de la Evangelización en Colombia, constituyéndose así en la primera Diócesis erigida en Colombia, como nos lo recuerda el letrero en latín en una parte de la Catedral Basílica: "Madre de todas las jurisdicciones eclesiásticas de Colombia". Desde sus inicios se da una larga historia de Evangelización, llevada a cabo por misioneros insignes, entre ellos el emblemático San Luis Beltrán, y por innumerables pastores que esparcieron en estas tierras la semilla del Evangelio.
Como ciudad, concibo a Santa Marta por su belleza natural, sus playas, la cercanía a las estribaciones de la Sierra Nevada, su hermoso entorno natural, su centro histórico, una ciudad para cuidar y mejorar, pero sobretodo aprecio la calidez, la hospitalidad, la bondad, la fe, de sus gentes.
¿Qué aspectos cree que se deben fortalecer en la Evangelización en Santa Marta?
En consonancia con los tiempos que corren en la Iglesia, y las necesidades de hoy, se hace necesario el fortalecimiento de la atención y la pastoral de la familia, llamada a ser el primer núcleo de la vida social, Iglesia doméstica, santuario de la vida humana.
Por otra parte, se hace necesaria la implementación de una verdadera iniciación cristiana que lleve a los nuevos bautizados a tener un verdadero encuentro personal con Jesucristo vivo. Además, como una ciudad turística que es Santa Marta, tan visitada por los turistas, es importante pensar en una pastoral del turismo, en el que ofrezcamos un servicio religioso y de evangelización a los que nos visitan.
Finalmente, estamos próximos a entrar en el Año de la Misericordia. Estamos en el tiempo en el que, como lo pide el Papa Francisco, la Iglesia muestre el rostro misericordioso de Dios. Esto se hace, especialmente, a través de una caridad organizada, que es lo que da razón de la existencia en una Diócesis de la pastoral social.
En Santa Marta esta pastoral la dirige con acierto y dedicación el Padre Armando Echeona. Pero siempre existe la posibilidad de fortalecer cada vez más esta pastoral, para que ella sea animadora del compromiso caritativo de todas las comunidades diocesanas, y el año jubilar de la misericordia es una ocasión muy propicia para ello.
También existen otras acciones edificantes de este tipo de acompañamiento a los pobres que hay que cultivar.
¿Considera que en la Diócesis de Santa Marta, estamos bien de sacerdotes o faltan?
No nos podemos quejar del número de sacerdotes de la Diócesis, como del compromiso de ellos en su trabajo apostólico, a diferencia de otros lugares donde la escasez de sacerdotes se hace trágica.
Se trata de un buen número de sacerdotes, alrededor de ochenta activos, que sirven con abnegación al Pueblo de Dios, como hay un buen número de seminaristas que reciben una buena formación en un excelente seminario como el que tenemos, y que nos hacen abrigar fundadas esperanzas.
Sin embargo, nunca serán suficientes los sacerdotes que tenemos, pues la población crece incesantemente. Usted ve parroquias demasiado pobladas para ser atendidas por un solo sacerdote, de allí que siempre hay que trabajar por las vocaciones sacerdotales, que es un compromiso de todos, comenzando por la oración, como lo pedía el Señor: "Rogad al dueño de la mies que envíe obreros a su mies".
¿Existe alguna estrategia para aumentar las vocaciones sacerdotales?
Hay un sacerdote encargado de la pastoral vocacional en la Diócesis, que hace su trabajo con el apoyo de un equipo de personas. Él va por las parroquias y los colegios haciendo la promoción vocacional, y acompañando a aquellos jóvenes de los últimos años del Bachillerato que han dado muestras de ingresar al Seminario.
Es el Padre Mario González. Sin embargo, es algo insuficiente, porque el Padre debe atender además su parroquia y dar clases en el Seminario San José. De allí que las mejores estrategias para aumentar las vocaciones sacerdotales tienen que ver con un trabajo de crecimiento en la fe de las familias, de tal manera que ellas puedan ser verdaderos semilleros de vocaciones, con el proceso de pequeñas comunidades bien formadas como lo contempla el plan de pastoral, con un trabajo decidido de pastoral con los niños, adolescentes y jóvenes, y con el compromiso de los sacerdotes, especialmente los párrocos, quienes han de asumir la responsabilidad primera de la pastoral vocacional, particularmente a través del testimonio sacerdotal, de tal manera que estimulen y animen a los niños y a los jóvenes a imitar el camino de servicio que ellos siguen.
¿Qué opina de la migración de católicos a otras corrientes religiosas?
No conozco todavía muy bien esta situación en la Diócesis. Por lo que uno ve en todas partes, dicha migración se da, por una parte, motivada por razones un poco artificiales, que se salen de las manos de la Iglesia. Lo que nos debe interrogar a nosotros los católicos es el hecho de que la gente se desplace por culpa nuestra, o porque no se le dio una sólida formación cristiana, o porque no se le atendió como debía atendérseles, o porque el sacerdote estuvo alejado o ausente de sus realidades, o porque no se le ofreció la posibilidad de estar en contacto con la palabra de Dios, o porque fuimos descuidados en las celebraciones de la fe o en las homilías, o porque estuvimos ausentes cuando la persona nos buscó, etc.
¿Qué está haciendo la Iglesia para rescatar, por decirlo de esa manera, a la comunidad que ha preferido otras religiones?
Me parece que esa no debe ser una preocupación primordial. La preocupación primera de la Iglesia ha de ser, como lo plantea el Papa Francisco, el ir en busca de los alejados, es decir, de los que están lejos de conocer al Señor, anunciando el Evangelio e invitando a la conversión, como lo hacía Jesús. Y en ese sentido contemplamos en el plan de pastoral de la Diócesis, en consonancia con toda la Iglesia, la realización de una misión permanente que nos desinstale a los católicos de la quietud y nos preocupemos por llevar el mensaje del Evangelio a quienes piden y necesitan que les mostremos a Cristo.
¿Cree que la educación que brindan los colegios es la pertinente para seguir en el camino del catolicismo?
Pienso que se refiere a los colegios de inspiración católica, o a los que se abren a la presencia de la Iglesia en ellos. Y en ese sentido, el reto que tienen es el hacer que ellos sean lugares que sean escuelas de discípulos misioneros, escuelas de humanidad, de valores humanos, morales y cristianos.
Lo que también es importante es velar para que en los colegios que sean oficiales o en los privados que no sean de la Iglesia, se considere importante, como lo manda la ley colombiana, la educación religiosa, que no ha de ser confesional ni proselitista, y que permita a los alumnos formarse en una apertura al misterio de Dios, a la trascendencia.
¿Qué significado tiene para Colombia la futura visita del Papa Francisco?
Va a ser para el País una gracia inmensa como lo fue en su momento la visita de Paulo VI y de Juan Pablo II. Lo importante es que no nos pase como en aquellas ocasiones, cuando los mensajes que recibimos de ellos no los asumimos cabalmente, y entonces no evitamos los males que ahora nos aquejan.
El Papa viene fundamentalmente a cumplir con su ministerio de confirmarnos en la fe, para que seamos cristianos de una fe más sólida, más comprometida, más viva, y naturalmente, en consonancia al momento que vivimos, nos traerá un mensaje que nos invite a la reconciliación y al perdón.
¿Cómo puede definir o describir este tiempo como Obispo de la ciudad?
Ha sido un momento especial de expectativas, de esperanzas, de conocimiento, de adaptación, en el que me he sentido muy acogido, lo que es un signo claro de fe, porque la gente sabe qué y a quién representa el Obispo, en el que he sentido el calor humano, la calidez de la gente de esta región del país, en el que he podido compartir con unos sacerdotes fraternos y comprometidos, con religiosas reconocidas por el testimonio de consagración radical al Señor y fidelidad a sus particulares carismas, y con fieles incondicionalmente cercanos a la Iglesia, en el que he podido apreciar una comunidad diocesana madura, dinámica, en crecimiento.
¿ Cuál es su mensaje con motivo del aniversario de Santa Marta?
El Papa Francisco acaba de regalarnos una hermosa carta encíclica sobre la responsabilidad que todos tenemos de cuidar el medio ambiente, que tiene que ver no solamente con la naturaleza, sino también con las costumbres, con los estilos de vida, con la manera de congregarnos los seres humanos, y que tiene que ver, por lo tanto, con nuestra ciudades, lo que se llama "ecología integral".
El Papa nos escribe en su carta encíclica sobre el cuidado de "la casa común". Me valgo de esta afirmación para invitar a todos los samarios, comenzando por sus autoridades, a que, con motivo de esta celebración, renovemos la decisión de cuidar con esmero y delicadeza "nuestra casa común", que es esta histórica y bella ciudad de Santa Marta. Como diría el Santo Padre, los invito a "cuidar los lugares comunes, los marcos visuales y los hitos urbanos que acrecientan nuestro sentido de pertenencia, nuestra sensación de arraigo, nuestro sentimiento de "estar en casa" dentro de la ciudad que nos contienen y nos une". Los invito a procurar un auténtico desarrollo para Santa Marta, que asegure una mejora en la calidad de vida humana, que sea incluyente, equitativa, amable, reconciliadora, espiritual, comunitaria, y que, como dice el Evangelio, se levante sólidamente sobre roca firme, que no puede ser otra que el Señor Jesús y su Palabra.
Fuente: Hoy diario del Magdalena