Santa Marta DTCH

.

miércoles, 29 de julio de 2015

El reto de desarrollo de Santa Marta y el Magdalena


El Caribe colombiano está en un momento único, excepcional, como están todas las ciudades puerto en el mundo moderno, donde el comercio internacional ahora sí se desarrolla en "La aldea universal" en la cual todos los países y las regiones del mundo privilegian sus puertos y la infraestructura de apoyo y logística, alrededor de ellos.

Sin embargo, en nuestro país esta situación de las regiones puerto es de franco retraso frente a otras regiones distantes de los océanos, tanto en la infraestructura como en la inversión social, y ese es el gran reto, estrechar esas diferencias y privilegiar la inversión en nuestras ciudades del Caribe.

Desafortunadamente en nuestro territorio la productividad está relacionada con el sector primario, con muy poca manufactura y valor agregado, lo cual se relaciona más con la explotación de recursos que con la generación de riqueza, empleo y bienestar, eso obliga a que la inversión del Estado aumente para mejorar las condiciones de nuestra infraestructura y así garantizar una conectividad acorde a la demanda que se genera con los actuales retos de tratados y convenios internacionales.

En este sentido, el Estado colombiano tiene una gran deuda que en este tiempo estamos obligados a superar, no olvidemos que los indicadores de competitividad nacionales han perdido puestos en el contexto internacional y la productividad industrial también se ha mantenido con tendencias negativas. Pero estos desarrollos no son efectivos si no trabajamos también prioritariamente a nuestras gentes, el talento humano debe a su vez ajustarse a estos retos, no podemos perder la perspectiva de los resultados generales en la calidad de la educación del país y dentro de ese contexto nacional nuestros resultados son aún más desalentadores, por lo tanto la apuesta en cualificación del recurso humano en el Caribe es mayor que en otros territorios de Colombia.

Finalmente creemos que la apuesta y el reto de todos en la región es hacer un bloque para hacer valer nuestras fortalezas, nuestras potencialidades y conseguir el verdadero interés del Estado colombiano en invertir y sacarnos del atraso histórico; hacer que nuestra industria y manufacturas se desarrollen y sean competitivas de cara a las demandas colombianas e internacionales.




El futuro del Caribe es muy promisorio; ésta debe ser la gran apuesta nacional, no olvidemos que la naturaleza nos premió con una gran riqueza para la explotación turística, agroindustrial y ganadera, se hace necesario luchar decididamente contra el peor flagelo que amenaza a nuestra región que es la corrupción y el contrabando.

Nuestro territorio no se encuentra articulado suficientemente dentro del modelo de desarrollo que está teniendo el país. Lo anterior se refleja en la poca incidencia y relación con los macroproyectos de infraestructura y políticas públicas que apuntan a la competitividad y el comercio exterior nacional.

La coyuntura económica en la que se encuentra el mundo actual no es la más favorable y esto se puede analizar simplemente con la desaceleración de la economía de los Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, donde la contracción del gasto público afectó el desempeño del sector privado, suscitando que se apliquen políticas expansionistas como por ejemplo, la inyección continua de capital durante los últimos cuatro años, generando consecuencias en otros países como aumento de la inversión extranjera directa en las economías de los países emergentes.

Recientemente esta política se ha modificado por lo cual al reducirse la política expansionista se va a reducir la inversión extranjera en países como el nuestro. Otro gran bloque económico, la Eurozona, se encuentra buscando una salida a la encrucijada económica en la que se ha visto desde hace varios años, la cual se ve reflejada en una demanda debilitada y expectativas mínimas de crecimiento; prueba de esta crisis es la situación de Grecia que entró en cesación de pagos y afectará seguramente el esquema económico mundial.

La situación económica de estos importantes actores dentro del escenario mundial por efecto dominó afectan el buen desempeño económico que traían los países emergentes que veían en ellos aliados estratégicos para su desarrollo, que acompañado de limitaciones en su infraestructura, financiamiento inadecuado, falta de personal calificado, control de mercados, burocracia excesiva, subutilización de la capacidad instalada y además del efecto negativo que ha tenido la disminución de los precios internacionales y de la demanda internacional de commodities y productos minero-energéticos, han ocasionado un menor crecimiento de sus economías, por consiguiente, disminución de la actividad y productividad interna.

Lo anterior, sin contar que como efecto paralelo a la inyección de capital en USA, éste ingresó a estos países como Inversión Extranjera Directa (IED), produciendo revaluación de sus monedas que sumada a la menor demanda externa generaron un detrimento de las exportaciones, por ende, de sus aparatos productivos; en este instante esta situación revirtió y estamos adaptándonos a esta nueva circunstancia. Los vientos económicos en contra, se pueden ver simplemente en la desaceleración económica en la cual se ha sumergido el grupo de países BRIC que se han caracterizado por tener sólidas economías, con altos crecimientos económicos, lo cual no se ve reflejado en su situación económica actual.

Luego de ver el panorama internacional y antes de revisar lo regional y local, conviene una rápida revisión de lo nacional. Como dice el doctor Gustavo Cano, Codirector del Banco de la República: "Una bonanza, no debe confundirse con una bendición", haciendo referencia al boom minero energético que ha tenido nuestro país.

Las economías de países emergentes como Colombia que dependen del superávit minero – energético, enfrentan el riesgo de caer en ´enfermedad holandesa ´. En los últimos dos años se produjo una disminución de las exportaciones (carbón, oro, ferroníquel y otros commodities), debido al aumento del consumo de energías no convencionales en U.S.A. Gas Eschisto (shale), y como consecuencia, hemos visto caída de las inversiones, pérdida de empleo bien remunerado y menos ingresos fiscales para la nación y regiones (impuestos y regalías), desaceleración de la productividad industrial.

El resultado final es el debilitamiento de las actividades económicas transables no minero-energéticos, como la industria y la agricultura que son las principales fuentes de empleo. La situación petrolera actual se resume en que ingresaron a Colombia $29,7 billones de pesos, repartidos así: $12 billones por impuesto de Renta $9,5 billones por utilidades de Ecopetrol, $8,2 billones por concepto de regalías.

Estos ingresos del sector petrolero se distribuyen: 30% fueron de Inversión Extranjera Directa, 60% por exportaciones, $35 billones adicionales por el consumo de bienes y servicios. El Presupuesto General de la Nación, se hizo contando con la producción de 1 millón de barriles diarios aproximadamente con un precio de USD$100 por barril, mínimo USD$ 60.

Diariamente se están produciendo 830.000 barriles, con un precio menor a USD$67 el barril. Hay una pérdida por inseguridad de 87.000 barriles al día. Por cada 10.000 barriles al día que se disminuya la producción, Colombia recibe $350.000 millones de pesos menos. Por cada Dólar que baje el valor del barril, se dejan de recibir $400.000 millones de pesos. Todas esas pérdidas por baja producción, inseguridad y disminución del precio, representan una pérdida total de $322 millones de dólares por concepto de regalías.

Lo anterior se ve agravado con la inseguridad jurídica que se genera en algunas condiciones nacionales como consultas previas, tenencia de la tierra, licencias ambientales y regalías, que hoy siguen confusas, lo cual no solo afecta el flujo de inversiones sino que se ha generado un sesgo antiminero en muchas regiones y no podemos descuidar que éste es un sector estratégico en el desarrollo actual. Para evaluar nuestro territorio debemos tener en cuenta que Santa Marta y el Magdalena no pueden ser ajenos a los cambios y desarrollos que plantea el Gobierno Nacional, como tampoco desconocer la realidad nacional desde el punto de vista de la competitividad.

Para comprender mejor el contexto nacional revisemos algunas estadísticas: De acuerdo con el Foro Económico Mundial, Colombia (2014) ocupa en Competitividad Global el puesto 66 de 144 países, en infraestructura el puesto 84, en la calidad de la infraestructura vial el puesto 126, en infraestructura férrea puesto 102, en puertos el puesto 90, infraestructura aeroportuaria el puesto 78. Si bien en algunos de estos indicadores hemos mejorado, seguimos estando en la parte inferior de la tabla lo cual significa un reto para mejorar la competitividad. Por ejemplo, en el comercio transfronterizo según el estudio Doing Business del Banco Mundial, los costos de exportación por contenedor en Colombia son USD $2.355 frente a USD $980 en Chile, USD $1.450 en México, USD $890 en Perú, USD $1.283 en promedio Latinoamérica, USD $1.070 en los países pertenecientes a la OCDE y los costos de importación por contenedor en Colombia USD $2.470, USD $930 en Chile, USD $1.740 en México, USD $1.010 en Perú, USD $1.090 en promedio Latinoamérica, USD $1.090 en los países pertenecientes a la OCDE.

Lo antes expuesto demuestra a las claras que no somos competitivos si nos comparamos con los países que tienen economías similares a las nuestras. El mayor valor que tienen estos procedimientos está dado por la manipulación y transporte por carreteras que es de USD $1.535 en las exportaciones y USD $1.900 en las importaciones. La conclusión de todo esto es que la apuesta para el desarrollo y la competitividad pasa por una priorización en la inversión en infraestructura.

En lo local partamos de las vocaciones de nuestro territorio, somos una ciudad puerto con vocación turística y agroindustrial con una gran riqueza de biodiversidad, étnica y cultural. Los retos en infraestructura deben apuntar a la conectividad: En carreteras agilizar trámites para la construcción de la Ruta del Sol I- Sector 3, Vía de la Prosperidad, Vía Fundación – Salamina, Doble Calzada Barranquilla - Ciénaga y finalizar la Ruta del Sol II (Ciénaga – Santa Marta).

En el modo férreo, el Ferrocarril Central que se une en Chiriguaná con el ramal que llega hasta Santa Marta, que actualmente se encuentra con dificultades por consultas previas y fallos judiciales, que frenan esta alternativa de conectividad y el corredor Cartagena – Barranquilla – Santa Marta que conectaría las tres capitales haciendo de la Costa Caribe un polo de desarrollo económico e inversión.

En Infraestructura aeroportuaria, agilizar los estudios para la ampliación de la pista del Aeropuerto de Santa Marta y finalizar las obras de la ampliación y modernización de la Terminal de Pasajeros.

INFRAESTRUCTURA PORTUARIA

En infraestructura portuaria, el Puerto de Santa Marta debe ser ampliado según el plan propuesto incluyendo el Plan Parcial y la conexión con el modo férreo. Los puertos de carbón están siendo afectados por los inconvenientes del ferrocarril afectando la economía nacional y el Puerto de Palermo que es del Magdalena, debe ser estratégico de cara a la navegabilidad del río.

Respecto al turismo, se hace necesario cambiar la mentalidad de "vivir del turismo y no vivir del turista". La Sierra Nevada de Santa Marta y el Parque Tayrona no alcanzan a tener la dimensión de activos turísticos del Distrito ya que se presentan dificultades para la explotación productiva por regulaciones de la autoridad de parques, narcotráfico, inseguridad y baja presencia de autoridad administrativa. En cuanto a sol y playa, se requiere regulación del uso y ordenamiento de playas, control a la sobrepoblación de visitantes, implementar estrategias de cultura ciudadana para nativos y visitantes y regulación para estandarización y control de negocios y servicios de calidad.

La hotelería está teniendo un auge importante gracias a la presencia de cadenas nacionales e internacionales que han puesto sus intereses en nuestra ciudad lo cual trae consigo un incremento en la construcción tanto de hoteles como de inversión inmobiliaria turística que son jalonadores del empleo y la riqueza, pero se necesita el control de la hotelería informal que no tiene la regulación de las autoridades locales; este fenómeno no es exclusivo de Santa Marta, pero puede controlarse localmente. También se hace necesario que la ciudad se actualice en la prestación de los servicios públicos para el sector turístico y se tiene que resolver el contencioso que se observa con la regulación en la línea de playas lo cual genera incertidumbre jurídica y desmotiva la inversión desaprovechando la oportunidad que se presenta con el PIPE 2.0 y finalmente, la ciudad deberá mejorar su oferta comercial, cultural y de entretenimiento para la atención de los visitantes de los cruceros.

Para la actualización de los servicios públicos, hay dos prioridades agua y energía. En cuanto al agua, el primer paso es la recuperación de las cuencas, recuperar los cursos de los ríos y quebradas, contrato y diseño de detalles en recuperación de cuencas, planeación, inspección, vigilancia y control del impacto de nuevas urbanizaciones y construcciones, colector pluvial Cuenca Zona Norte, recuperar represas y pozas de contención, reabrir quebrada Bureche y optimización de consumo y fuentes hídricas; segundo paso, nuevas fuentes que incluye estudio de nuevas tomas (ríos Magdalena, Guachaca, Don Diego, Palomino; nuevos pozos) y embalses; tercer paso recuperación y mantenimiento del acuífero con el encausamiento e infiltración de las escorrentías y posteriormente, el alcantarillado que requiere un rediseño y adecuación del alcantarillado pluvial, también de aguas grises y negras, alcantarillado y acueducto del Sur del Distrito y alcantarillado de los corregimientos.

Y en cuanto a la energía, la situación actual se puede resolver, pero para ello es necesario que se cumplan las siguientes condiciones: incremento de ayudas del gobierno para apoyar a las familias más pobres que no pueden hacer frente a las facturas de energía, tal y como se plantea en la Ley del Plan Nacional de Desarrollo, reducción del fraude y del impago, para lo cual se deben dotar los instrumentos legales y policivos así como de comunicación que generen un cambio de hábitos, normalización de la deuda de organismos públicos y colaboración en el pago de la deuda de barrios subnormales, incremento de las inversiones destinadas tanto a mejorar la calidad del servicio como a reducir el fraude, según el plan previsto por la empresa, supeditado a las medidas mencionadas anteriormente.

La solución debe contar con el compromiso absoluto de los gobiernos (Nacional, Departamental y Local), la empresa y clientes, uno solo de estos actores no puede solucionar el problema es requisito indispensable involucrar a los tres actores.

LA AGROINDUSTRIA

En lo referente a la Agroindustria que es otra vocación de nuestro territorio, Santa Marta y el Magdalena no son ajenos al fenómeno que se presenta a nivel nacional. Durante los últimos 5 años este sector ha logrado crecer en promedio solo 1,2 %, a diferencia del comercio que ha crecido 4,4% o los servicios financieros en un 4,6%, así como, las minas y canteras en un 9,8%.

Tiene una participación del 9% en el PIB a diferencia del 15% aportado en los años 80. El sector agropecuario presenta altos niveles de pobreza, 64% en el campo frente al 45% del país, pese a que genera el 19% del empleo nacional y el 66% del empleo rural. La concentración de la tierra y la desigualdad han crecido en la última década en el campo; el índice Gini rural, que mide la desigualdad, pasó de 0,74 a 0,88, la mayor concentración de la propiedad está en las zonas ganaderas y en las que se explotan recursos naturales.

Por lo anterior, los retos deben orientarse a la recuperación de la pobreza en el campo, estrechar la diferencia entre las áreas urbanas y las áreas rurales, desmotivar la migración del campo a la ciudad y mejorar las condiciones de la infraestructura tanto para los servicios como para la conectividad con los centros de comercialización.

Un asunto prioritario para el desarrollo es la formación del recurso humano. Como sabemos, Colombia en el informe PISA ocupa el lugar 62, diez puestos menos que en el 2009. Fue la nación que más retrocedió en la clasificación pasando al penúltimo lugar, teniendo en cuenta que los 10 últimos puestos son ocupados por países de Latinoamérica.

«Nuestros estudiantes tienen un rezago que equivale a más de cinco años de escolaridad frente a los de Shanghái (China)». Los países con mejor puntuación ponen énfasis en la excelencia docente. El departamento del Magdalena según las posiciones ocupadas a nivel nacional, los últimos 4 años en educación, obtenemos el penúltimo puesto en las diferentes evaluadoras de la calidad de la educación, por lo tanto, la gran preocupación es que somos los últimos de los últimos en el área de educación.

Con esta base, nuestras acciones se deben orientar prioritariamente a: Capacitación y excelencia de los docentes, programas de fortalecimiento de Educación Media, semilleros de alto rendimiento académico, fortalecimiento de la transición a la educación superior y estímulo al mejoramiento en la capacitación técnica y tecnológica, mejoramiento de la infraestructura locativa y de dotación de las instituciones educativas, garantizar salud y nutrición a los estudiantes, estricto cumplimiento de la prohibición del menor trabajador. Santa Marta y el Magdalena deberán acompañar esta iniciativa con un Plan Maestro de Deporte y Recreación, que incluye: Deporte asociado a la educación, deporte como herramienta de recreación y lúdica, deporte de alta competencia, deportes asociados al turismo y entorno ecológico, políticas públicas y privadas de patrocinio a deportistas de alto rendimiento, incluidos intercambios nacionales e internacionales.

En definitiva, debemos repensar estratégicamente a Santa Marta. Primero, disminuyendo la presión poblacional sobre el Centro Histórico, lo cual tiene una primera acción que es la creación del Centro Administrativo Departamental y Distrital (CADD) que permitiría centralizar y modernizar la Administración Pública, negociar inmuebles en el centro histórico, disminuir la presión vehicular y mejorar la movilidad, lo cual favorecería la recuperación del espacio público. La segunda acción es la creación de una Central de Abastos con centrales minoristas, ubicada estratégicamente en la periferia que benefician la movilidad y se moderniza el concepto de abastecimiento.

La tercera acción es la aprobación de un Estatuto Tributario Distrital y Departamental con favorabilidades a inversionistas y empresarios. La cuarta acción, un nuevo POT para el Distrito de Santa Marta con definición y estudio de la huella urbana. La quinta acción, seria eliminar reductores de velocidad, construir los pasos peatonales en vías de carga y/o velocidad, incluir carga aérea en rediseño del Aeropuerto que favorecía la logística.

Por último, en temas de Gobierno se requiere articular y unificar los procesos y desarrollos con las políticas nacionales, articular y unificar los procesos y desarrollos entre el Departamento y el Distrito, promover alianzas regionales y estrategias de complementariedad dentro de la región Caribe, por ejemplo, el Diamante Caribe.

«Las ciudades y las regiones deben estar por encima de las personas y sus intereses», la problemática es multifactorial, por lo tanto, no hay una solución Mesiánica, debemos generar una imagen de unidad o de bloque ya que la gestión dispersa nos resta credibilidad ante el Gobierno Nacional y las instancias centrales. Santa Marta no puede ser ajena al desarrollo del Magdalena porque la riqueza agroindustrial, ganadera, pesquera y de seguridad alimentaria provienen del departamento.

LA CIUDAD Y EL DEPARTAMENTO QUE QUEREMOS

Una ciudad y departamento con ciudadanía comprometida, segura, que aproveche y explote sus favorabilidades y condiciones geográficas y climáticas excepcionales, con educación de alta calidad, pertinencia y bilingüe, puertos especiales por el calado profundo, humedad, salinidad, únicos con modo férreo, aeropuerto internacional, conectividad con dobles calzadas, vías secundarias y terciarias recuperadas, sistema estratégico de transporte distrital, playas reguladas en su uso.

Atractivos naturales explotados con experticia responsable, ríos y cuencas recuperados, servicios hoteleros regulados y controlados; con presencia de hotelería de lujo, gran lujo y experiencial, servicios públicos con cobertura suficiente, de calidad y moderna; conectividad tecnológica; servicios de salud de calidad, con cobertura y desarrollo tecnológico; con espacios, centros y programas culturales y deportivos; grandes superficies comerciales; oferta gastronómica variada y de calidad; espacio público libre; centro histórico
recuperado; Central de Abastos periférica; Centro Administrativo Distrital y Departamental; Estatuto Tributario con beneficios para empresarios, zonas francas y zonas de apoyo logístico dotadas de infraestructura y tecnología de punta para atender la demanda de nuevas empresas a costos competitivos.

Fuente: Hpy Diario del Magdalena

Compartir

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More