Desde el día de la radicación del pliego, el magisterio se ha enfrentado a un gobierno indiferente. La ministra de Educación ha asumido una actitud déspota. No estuvo presente para recibir a la comisión del Ejecutivo el día de la radicación del pliego, quiso dilatar el inicio de las negociaciones metiendo un sindicato como ‘caballo de Troya’ para sabotearlas, nombró una comisión de asistentes, sólo se ha sentado una vez en la mesa para decir que no y en reiteradas ocasiones ha desestimado el poder de convocatoria de la Federación (llegó a decir que sólo la mitad del magisterio estaba en el paro).
El día de la hora cero, la Ministra salió a los medios con una actitud amenazada y hostigante. Habló de descontar días no laborados, que no negociaría durante el paro y que retiraba todas las propuestas hechas en la mesa. Fecode pregunta ¿el gobierno negocia en La Habana con las Farc a pesar de los atentados y muertes durante el proceso, pero no con los maestros que están protestando en paz?
Lo más descarado fue sostener una y otra vez que el salario promedio de los maestros en Colombia es de 2’500.000. No hay forma de saber de dónde sacó esa cantidad falso, quizás está convencida de porque esa cifra está en la mitad de la tabla salarial del estatuto 1278, entonces es el promedio de la tabla.
Los casos de los maestros que la refutan se cuentan por montones. La realidad es que el salario promedio de los docentes está alrededor de 1.500.000 de pesos, menos descuentos queda en 1.200.000 pesos aproximadamente.
De las otras afirmaciones de la Ministra también se puede desmentir que el sistema de salud es “privilegiado”, a los maestros les niegan la atención de urgencias en la puerta de los hospitales y demoran meses para conseguir una cita con el especialista. Tras las 6 horas laborales en el colegio, deben compensar en casa corrigiendo textos, calificando exámenes, preparando clases, revisando cuadernos, etc. Entonces, tales declaraciones confirman un desconocimiento de la ministra Gina Parody del sector que maneja.
El gobierno tampoco ha mostrado una mejor postura. Las sesiones de las negociaciones han sido para reiterar que no se puede conseguir nada porque no hay plata. Al mismo tiempo, la ministra sale en los medios ofreciendo ‘bonificaciones económicas’ a los colegios que apliquen la Jornada Única o hablando de auxilios a los maestros que mejoren el puntaje en las Pruebas de sus instituciones. Ni hablar de las campañas publicitarias a gran escala para promover las políticas con tabletas que después les quitan a los estudiantes. Entonces, sí hay plata.
Ese ambiente adverso rodea a los diálogos entre Fecode y el Gobierno Nacional. Por un lado un gobierno que no ofrece nada y dilata las negociaciones. Por el otro, una ministra que prefiere mentir a dialogar.
FECODE
