Poco después del nacimiento, su padre se convirtió en farmacéutico y se fue a vivir con Luisa Márquez a Barranquilla. García Márquez se quedó en Aracataca, con sus abuelos maternos, y allí vivió los primeros años de su vida. Las experiencias de su abuelo, un coronel liberal veterano de la Guerra de los Mil Días, y las historias fantásticas que le contaba su abuela como si fueran verdades irrefutables le sirvieron, más adelante, como fuente de inspiración para sus obras.
Su abuelo murió en 1936, cuando García Márquez tenía ocho años. A esa edad fue enviado a un internado en Barranquilla, donde inició su educación formal. Allí, debido a la escritura de poemas humorísticos y a su falta de habilidad para las actividades atléticas, fue apodado El Viejo por sus compañeros de clase.
Cursó los primeros grados de secundaria en el colegio jesuita San José (hoy Instituto San José), desde 1940, en donde publicó sus primeros poemas en la revista escolar Juventud. Luego, gracias a una beca otorgada por el Gobierno, fue enviado a estudiar a Bogotá y luego trasladado al Liceo Nacional de Zipaquirá, donde culminó sus estudios secundarios.
Después de su graduación, en 1947, se fue a Bogotá a estudiar derecho en la Universidad Nacional de Colombia, período en el que estuvo especialmente dedicado a la lectura.
Aunque su pasión era escribir, continuó con la carrera de derecho para complacer a su padre. Después del Bogotazo, en abril de 1948, la universidad cerró indefinidamente. García Márquez se trasladó a la Universidad de Cartagena y empezó a trabajar como reportero de El Universal. En 1950 desistió de convertirse en abogado para centrarse en el periodismo y se trasladó de nuevo a Barranquilla, esta vez a trabajar como columnista y reportero en el periódico El Heraldo. Aunque nunca terminó sus estudios superiores, algunas universidades, como la Universidad de Columbia de Nueva York, le han otorgado doctorados honoris causa en letras.
En 1958 contrajo matrimonio en Barranquilla con Mercedes Barcha, la hija de un boticario. En 1959 tuvieron a su primer hijo, Rodrigo, que hoy es cineasta, y tres años después nació su segundo hijo, Gonzalo, actualmente diseñador gráfico en Ciudad de México.
A los veintisiete años publicó su primera novela, La hojarasca, y, más adelante, en 1967, Cien años de soledad, la novela que lo lanzó a la fama: en una semana vendió 8.000 copias. El primer capítulo había sido publicado en El Magazín de El Espectador, como gran primicia, en 1966, gracias a sus nexos con el periódico, donde trabajó como cronista y crítico de cine en los años 50.
De allí en adelante, el éxito estuvo asegurado y la novela vendió una nueva edición cada semana, completando el medio millón de copias en tres años. Ha sido traducida a más de veinticuatro idiomas y ganó cuatro premios internacionales. En 1982, García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura.
En 1999 se le diagnosticó cáncer linfático. Tres años más tarde publicó el primer tomo de su autobiografía, Vivir para contarla, el cual se constituiría en su último libro.
Su abuelo murió en 1936, cuando García Márquez tenía ocho años. A esa edad fue enviado a un internado en Barranquilla, donde inició su educación formal. Allí, debido a la escritura de poemas humorísticos y a su falta de habilidad para las actividades atléticas, fue apodado El Viejo por sus compañeros de clase.
Cursó los primeros grados de secundaria en el colegio jesuita San José (hoy Instituto San José), desde 1940, en donde publicó sus primeros poemas en la revista escolar Juventud. Luego, gracias a una beca otorgada por el Gobierno, fue enviado a estudiar a Bogotá y luego trasladado al Liceo Nacional de Zipaquirá, donde culminó sus estudios secundarios.
Después de su graduación, en 1947, se fue a Bogotá a estudiar derecho en la Universidad Nacional de Colombia, período en el que estuvo especialmente dedicado a la lectura.
Aunque su pasión era escribir, continuó con la carrera de derecho para complacer a su padre. Después del Bogotazo, en abril de 1948, la universidad cerró indefinidamente. García Márquez se trasladó a la Universidad de Cartagena y empezó a trabajar como reportero de El Universal. En 1950 desistió de convertirse en abogado para centrarse en el periodismo y se trasladó de nuevo a Barranquilla, esta vez a trabajar como columnista y reportero en el periódico El Heraldo. Aunque nunca terminó sus estudios superiores, algunas universidades, como la Universidad de Columbia de Nueva York, le han otorgado doctorados honoris causa en letras.
En 1958 contrajo matrimonio en Barranquilla con Mercedes Barcha, la hija de un boticario. En 1959 tuvieron a su primer hijo, Rodrigo, que hoy es cineasta, y tres años después nació su segundo hijo, Gonzalo, actualmente diseñador gráfico en Ciudad de México.
A los veintisiete años publicó su primera novela, La hojarasca, y, más adelante, en 1967, Cien años de soledad, la novela que lo lanzó a la fama: en una semana vendió 8.000 copias. El primer capítulo había sido publicado en El Magazín de El Espectador, como gran primicia, en 1966, gracias a sus nexos con el periódico, donde trabajó como cronista y crítico de cine en los años 50.
De allí en adelante, el éxito estuvo asegurado y la novela vendió una nueva edición cada semana, completando el medio millón de copias en tres años. Ha sido traducida a más de veinticuatro idiomas y ganó cuatro premios internacionales. En 1982, García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura.
En 1999 se le diagnosticó cáncer linfático. Tres años más tarde publicó el primer tomo de su autobiografía, Vivir para contarla, el cual se constituiría en su último libro.
Fuente: El Espectador