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miércoles, 22 de marzo de 2017

Así será la transformación urbana del barrio Pescaíto



Un grupo de jóvenes con uniformes patea un balón de fútbol en la cancha La Castellana, mientras otros juegan en el recién remodelado parque que está al frente de la iglesia. En una tienda de esquina, dos hombres conversan despreocupados, mientras se toman una bebida para el calor, y muy cerca de allí un par de señoras está sentada en la terraza de su casa cogiendo el fresco.

Estas son escenas cotidianas en Pescaíto, el emblemático barrio de Santa Marta donde nacieron estrellas del fútbol como Carlos ‘Pibe’ Valderrama, Óscar Bolaño y Oswaldo ‘Pescaíto’ Calero, que tienen proyectado convertir en un modelo de transformación urbana a partir sus propias raíces culturales.

La apuesta es liderada por Tras la Perla de la América, iniciativa del cantautor samario Carlos Vives, con el apoyo de entidades como Findeter, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Alcaldía de Santa Marta.

El arquitecto Simón Hosie presentó recientemente en la Universidad del Magdalena el proyecto de renovación urbana de Pescaíto, con base en la metodología Plano Vivo, que realizó a través de un convenio con Findeter.

El proyecto, que está enmarcado en la zona de la cancha La Castellana, ubicada en la calle seis entre carreras 6 y 7, incluye la Casa de Pescaíto, que será una biblioteca pública y museo del fútbol, cuyo diseño es ecléctico y mestizo y parte de la tienda de barrio. En la cúpula, que será bioclimática, estarán pintadas todas las estrellas del fútbol samario y sus mamás. 

Asociada a la Casa de Pescaíto habrá una plazoleta donde estarán el salón de la danza y el salón de la música. Las casas de alrededor serán conservadas para que sean restaurantes, ventas de raspao y fuentes de soda. “Es importante generar una plaza de conexión entre la cancha y el barrio y cómo en el patio trasero de estas casas podíamos aprovechar para generar la mejor esquina de Santa Marta asociada a una plazoleta. Lo que importa es lo que suceda alrededor, activar toda esa vivencia de las casas pintadas a mano, con su árbol y con sillas para que puedan ofrecer y potenciar esa relación con la calle, el lugar y el disfrute”, dijo Hosie.

Del otro lado de La Castellana también habrá un edificio multideportivo, que tendrá polideportivo, zona de fisioterapia y gimnasio para fortalecer la formación deportiva en el barrio. El proyecto también contempla un hotel y un jardín infantil.


La cancha de fútbol La Castellana es el principal escenario que tiene Pescaíto, cuna de grandes futbolistas samarios.
Foto: 

Paola Benjumea/ EL TIEMPO

La directora ejecutiva de Tras la Perla de la América, Claudia Elena Vásquez, dijo que Pescaíto es una de sus prioridades porque quieren rescatar su valor cultural y deportivo.

“Queremos hacer de Pescaíto un barrio muy especial, donde esté una oferta turística para la ciudad, donde vayan los turistas de estos grandes cruceros que están llegando, donde puedan ir al museo del fútbol, a la casa de Pescaíto, jugar un partido, tener una clase de baile, comerse un buen pescado y volverse a ir con un gran recuerdo de la ciudad y del barrio para sus destinos”, expresó Vásquez.

Un barrio con historia


El plano vivo de Pescaíto, según Hosie, se hizo trabajando con la comunidad. Cuatro profesionales (un historiador, dos antropólogos y un arquitecto) convivieron cuatro meses con familias de Pescaíto para conocer a fondo este barrio y con base en eso se elaboró la propuesta arquitectónica. 

El sector donde hoy está ubicado Pescaíto antes era unas salinas y el sitio más bajo de la ciudad. Además, era el lugar de paso de las tagangueras cuando traían el pescado para venderlo en Santa Marta. De ahí surgen las versiones sobre su nombre. Unos dicen que las tagangueras cuando venían de paso hacia la ciudad gritaban: “pescaíto, pescaíto”. Otros que cuando llegaban las tagangueras los pelaos salían a decir “llegó el pescaíto”. Y otros aseguran que se llama así porque cuando el agua de las salinas se secaba los peces pequeños quedaban atontados y los recogían.

El primer asentamiento que hubo en ese sector fue en las laderas del cerro, en lo que hoy se conoce como ensenada Olaya Herrera. “Hay una consecuencia histórica sobre la inundación que es el principal problema de Pescaíto. No es solo un tema urbano, de unas deficiencias de alcantarilla, fue que en algún momento empezamos a invadir este territorio donde la naturaleza nos decía no construyan”, dijo Hosie.

Pescaíto es vecino del Puerto de Santa Marta y cuando sus habitantes se dieron cuenta que eso ofrecía oportunidades comerciales la calle 8, conocida como la calle de las piedras, se convirtió en una zona de tolerancia con ventas de alcohol y burdeles. Esta cercanía también marcó la llegada del fútbol al barrio. La primera cancha estaba en el playón, a un lado del desaparecido barrio Ancón, donde jugaban los ingleses que bajaban de los buques. Después pasó a donde está el colegio y el parque que se remodeló recientemente y finalmente en 1954 a donde está hoy La Castellana.

El sector cercano al puerto, entre la carrera cuarta y la vía Alterna, que hoy está separado por una pared, también será objeto de intervención. El equipo ganador del concurso BID UrbanLab 2016, integrado por los estudiantes de la Universidad de Buenos Aires, María Alejandra Gutiérrez, Guadalupe Granero, Juan Manuel Ruarte y Ángel Contreras, presentó recientemente la propuesta ‘Pescaíto, barrio de oportunidades’, que se estructura en cuatro proyectos: vía del encuentro, patio, redes de desarrollo y El Pibe.

fuente: El Tiempo






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