Es en los comienzo del siglo veinte cuando nuestra región Caribe empieza a desarrollarse en muchos aspectos, como las comunicaciones terrestres, la radio ,el telégrafo, la televisión, incluso la creación de la zona bananera, igualmente los nuevos departamentos, la aparición y reconocimiento de artistas que logran grabar sus acetatos y son difundidos a través de la radio.
Artistas muy buenos y reconocidos en sus terruños se quedaron en el anonimato al no atreverse al riesgo de las grabaciones, más no aquellos que si lo hicieron, tales como: Andrés Landeros (San Jacinto), Abel Antonio Villa (Pivijay), Luis Enrique Martínez (Fonseca), Alejandro Durán y Nafer Durán (El Paso), Julio De la Ossa (Sincelejo), César Castro (Zambrano), Juan Polo Valencia (Cerro de San Antonio), Francisco Rada (Plato), Nicolás Mendoza (La Junta), Calixto Ochoa (Valencia de Jesús), Alfredo Gutiérrez (Paloquemao), Miguel López y hermanos(La Paz), Lisandro Meza (Palmitos), Armando Zabaleta (El Molino), Alberto Pacheco (Barranquilla), Ismael Rudas(Caracolicito) y otros.
Con esta pléyade de artistas, y sus respectivos acompañantes cajeros y guacharaqueros fue con quienes se inició el Festival de la Leyenda Vallenata. Que es como se ha debido seguir llamando para salvaguardar el derecho de los demás lugares, porque como se puede apreciar no existían músicos en la población de Valledupar, ya que allí no eran apreciados, ni se gustaba de ellos, ni de su música por ser pobres, humildes, campesinos, corraleros ignorantes y corronchos. Según el criterio de la sociedad valduparense en afirmaciones que constan en diferentes escritos. El acordeón llegó de diferentes partes, formas y medios, primeramente a mano de los ricos y pudientes, quienes no aprendieron a tocarlo ni tuvieron la paciencia para aprender, se la cedían o negociaban con los humildes campesinos que si tuvieron la paciencia para hacerlo.
¿Cómo nació el Festival de la Leyenda Vallenata?
Ocurrió que el año de 1966, el señor Gabriel García Márquez y Álvaro Cepeda Zamudio, se reencontraron en Barranquilla, en una de esas paradas después de recorrer Europa y otros lugares del mundo, tocaron el tema de que por allá se realizaban festivales folclóricos, en las poblaciones vecinas, y el porque no hacerlo en la costa atlántica caribeña; se reunieron nuevamente en el barrio el Recreo, en casa del señor Luis Carmelo Correa, entrañable paisano y amigo de Gabito desde la infancia , igualmente el antropólogo Aquiles Escalante Polo, Álvaro Monche Correa y otros amigos.
Cuando eran aproximadamente las 7:30 p.m. sonó el teléfono, llamando el señor Rafael Escalona quien solicitaba al señor Luis Carmelo Correa para saludar y pregunta por la familia, este le comentó, que estaban reunidos con Gabito y que viajarían a Aracataca para hacer un pre-festival o parranda de acordeones para un documental que Cepeda quería llevar a Europa, enseguida el señor Escalona le dijo: “yo me apunto y salgo para allá de inmediato”.
Esa parranda fue realizada en los primeros días del mes de marzo del mismo año, 1966, en la finca llamada Polvorita y en la Plaza Central de Aracataca, donde el señor Escalona tomó temperatura y pulso, y empezó a visionarla en su amado Valledupar, no quiso pensar como hacer para desarrollarla en Aracataca.
Asistieron varios conjuntos cercanos de la población y otros mas lejanos, entre ellos los hermanos Rojano, Juancho Polo Valencia, Los 9 de Macondo , Armando Zabaleta, Nicolás Mendoza, Julio De la Ossa y Chema Martínez, teniendo como organizadores a Gabito , Álvaro Cepeda, la Administración de Aracataca y los Mellos Pérez, resultando como ganador el señor Armando Zabaleta con su conjunto y la canción inédita “La Garra”, del señor Rafael Escalona, dedicada al expresidente Guillermo León Valencia, entrañable amigo del señor Escalona y aficionado a lo etílico y político.
En Aracataca todo siguió igual que siempre y en un descuido absoluto sobre tan importante evento, y oh! Sorpresa, cuando se empieza a promocionar y realizar en el año 1968 el Festival de la Leyenda Vallenata , basado en la experiencia y formato de Aracataca, con todo el respaldo político y económico del Dr. Alfonso López Michelsen, quien para ese entonces iniciaba la Gobernación del departamento del Cesar y de doña Consuelo Araujo Noguera, quien también iniciaba su carrera político-comunicadora social, respaldados igualmente con los contactos de la capital colombiana para donde posteriormente se dirigió el doctor López como Presidente de la República.
El departamento del Cesar fue creciendo y se fue desarrollando, con el respaldo de un festival que hacían campesinos, jornaleros, corraleros y con una música que había sido despreciada por la élite valduparense, como quien dice ironías de la vida, porque como ya lo dijimos para ellos vallenato era sinónimo de vulgar, ordinario y poca cosa. Continuará.
Por
ING. FRANKLIN M.
BENAVIDES CALDERÓN
FUENTE: HOY DIARIO DEL MAGDALENA
