Para Souldes Maestre, coordinador de la Biblioteca Indígena Kankuama de Atánquez, Cesar, ubicada en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, obtener un reconocimiento en el Premio Nacional de Bibliotecas es un impulso para seguir en el proceso de fortalecimiento cultural que se inició hace dos años, con la puesta en funcionamiento de este espacio que nació como un sueño colectivo de esta población indígena.
“Esto representa un compromiso para continuar luchando por los lectores que tenemos”, dijo, luego de recibir la distinción en la categoría de Bibliotecas Pequeñas, en ceremonia realizada el pasado martes, en Bogotá.
Señaló que “somos un colectivo. Es la gente y visión particular que, como pueblo indígena, tenemos de una biblioteca. Es salirnos de esas cuatro paredes y construir un lugar donde se dialogue con la cultura, donde no tengamos ningún tipo discriminación con la gente que asiste”.
El Premio Nacional de Bibliotecas Públicas Daniel Samper Ortega entregó el reconocimiento a esta biblioteca indígena, que sirve a 6.060 habitantes de la etnia kankuama. El proceso cultural de este resguardo estuvo entre las nueve bibliotecas públicas de los departamentos de Boyacá, Cesar, Chocó, Caldas, Caquetá, Valle, Antioquia y Bogotá que fueron seleccionadas, entre 171 inscritas, como finalistas la segunda edición del premio que reconoce los modelos exitosos en gestión bibliotecaria y ofrece estímulos por 80 millones de pesos, más pasantías en redes bibliotecarias del exterior para las tres bibliotecas ganadoras.
Los jurados designados por el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de Colombia,conformado por los comunicadores Jesús Martín Barbero, Marisol Cano y Marianne Ponsford, consideraron que la Biblioteca Kankuama cumple una importante labor para el rescate de la memoria y el trabajo que vienen adelantando con jóvenes, niños y población vulnerable.
“Le brindamos un espacio a los niños donde tienen acceso a la recreación, a sus juegos tradicionales, a conocer, a hablar entre ellos, a hacer un espacio también donde haya un diálogo intergeneracional, para que los adultos lleguen y le cuenten historias a los niños. Que no se convierta en un espacio físico, sino un espacio en otra dimensión en la que los niños, jóvenes y adultos recreen el imaginario cultural kankuamo”, precisó Souldes Maestre.
La ceremonia de premiación estuvo liderada por la ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba; la directora de la Biblioteca Nacional de Colombia, Consuelo Gaitán, y representantes de las bibliotecas finalistas en las categorías: grandes, medianas y pequeñas.
El premio para la Biblioteca Kankuaka fue un reconocimiento de 15 millones de pesos. Además, se hizo acreedora de una pasantía en alguna red de bibliotecas del extranjero.
El jurado también tuvo en cuenta el estrecho vínculo de esta biblioteca con el proceso de identidad cultural de la etnia Kankuama, y, en especial, por generar espacios de diálogo entre mayores y niños para fortalecer su comprensión frente a las raíces históricas.
Adicionalmente, destacó el reconocimiento del territorio, la recuperación del idioma y la transmisión del universo de saberes y la destacada labor de los jóvenes y niños por liderar y posicionar a su biblioteca en el resguardo.
