Sobre el mar Caribe, en las estribaciones de la Sierra Nevada, cuyos picos blancos pueden verse en días despejados desde la playa, se destaca una de las ciudades más antiguas de Suramérica. Se trata de Santa Marta, un destino que seduce con su mixtura de selva, playas y cultura.
En Santa Marta han tenido lugar algunos de los hechos más importantes de la historia patria de Colombia. Por mencionar algunos: fue la primera ciudad fundada en el país, en el año de 1525, por Rodrigo de Bastidas, el mismo personaje que llegó a ese territorio en 1502 gracias a un recorrido que hizo por la costa atlántica colombiana. También fue la última parada del libertador del país, Simón Bolívar, que murió en la Quinta de San Pedro Alejandrino, en un viaje que tenía como destino último la ciudad de Caracas en Venezuela. En la Quinta, los turistas podrán recorrer la casa en la que vivió Bolívar durante sus últimos días e incluso es posible contemplar la cama en la que descansó.
Este aire colonial se puede apreciar igualmente en el Centro Histórico de la ciudad, que en los últimos años ha vivido un gran crecimiento, con el desarrollo de espacios culturales y una activa vida nocturna. Cerca de allí está la Basílica Menor, una obra de calicanto y piedra de estilo romano y barroco donde se conservan las cenizas del fundador de la ciudad en el mausoleo de la entrada principal.
Otro atractivo cultural es El Museo de Oro, ubicado en la Casa de la Aduana o Casa de Bolívar, cuna de la arquitectura colombiana. Muchas son las historias que se vivieron allí: fue la Casa de Gobierno, luego fue tomada por piratas que robaron el acta de fundación de la ciudad en el siglo XVI y, entre otras, también sirvió de hospedaje a Bolívar.
Hoy en día el museo alberga elementos de la cultura tayrona, los indígenas oriundos de la región, y muestras de la orfebrería de las razas aborígenes colombianas. Aunque muchas de ellas han desaparecido, otras tantas han sobrevivido, como los koguis, los arhuacos, los wiwas y los kankuamo, quienes habitan en la Sierra Nevada de Santa Marta, donde tuvo lugar uno de los descubrimientos arqueológicos más impresionantes del siglo XX: el hallazgo de la Ciudad Perdida o Parque Arqueológico Teyuna, cuna de los tayronas, que constituyen la cultura indígena prehispánica más avanzada de Colombia.
A la hora de pensar en sol y playas, Santa Marta tiene mucho para ofrecer. Arenas doradas, aguas cristalinas, indígenas, entorno virgen, riqueza biológica, variedad de especies, contraste entre azul y verde, piedras gigantes, clima cálido y gente amable. Todo en un entorno paradisíaco. Un ranking de las playas más bonitas podría incluir a Playa Chengue, caracterizada por estar en una zona de bosque tropical seco y tener una ciénaga de agua salina; Playa Cinto, también en Tayrona; Wachakyta y Cristal. Esta última, como su nombre lo indica, tiene aguas cristalinas y es además un lugar de gran importancia ecológica.