Santa Marta DTCH

.

martes, 28 de octubre de 2014

El Museo del Oro Tairona recobra la riqueza cultural del caribe colombiano

 
La figura del hombre murciélago y el vuelo nocturno de las placas aladas son algunas de las joyas de orfebrería precolombina del Museo del Oro Tairona, que hoy reabre sus puertas con una mirada que aúna el pasado y el presente de la riqueza cultural del Caribe colombiano.

Esta galería regional, sede del Museo del Oro, propiedad del Banco de la República de Colombia, recorre las tradiciones de los antiguos habitantes de la Sierra Nevada de Santa Marta, escenario del desarrollo de comunidades indígenas de pescadores, artesanos y orfebres con más de 2.000 años de historia.

Desde 1980 hasta 2008, la Casa de la Aduana, lugar emblemático del centro histórico de Santa Marta, capital del departamento del Magdalena, fue sede del Museo, que, ante el avanzado deterioro del inmueble, a consecuencia del paso del tiempo y de la humedad, fue sometido a un proceso de restauración integral.

Hoy, seis años después, se inaugura este edificio de más de 300 años de antigüedad, que por segunda vez acoge al renovado Museo del Oro Tairona, Casa de la Aduana, en el que la pieza principal es esta auténtica casa colonial, testigo del pasado de la ciudad y de los últimos días del Libertador, Simón Bolívar.

A lo largo de su historia, esta casa de dos pisos y balcones de madera, declarada monumento nacional en 1979, fue usada con propósitos variados, a veces "no muy afortunados", como cuartel de piratas, hotel o sede de grandes compañías, dijo el director del Departamento de Infraestructura de la obra, Luis Francisco Álvarez.

"El principal reto de la restauración fue recuperar las características arquitectónicas patrimoniales de la casa manteniendo los elementos de la misma y dotándola de estabilidad para que no vuelva a sufrir en el futuro", declaró Álvarez.

Y es que, según el gerente general del Banco de la República, José Darío Uribe, la misión de esta obra es contribuir al bienestar de la ciudadanía, un trabajo que se enmarca dentro de "la recuperación del centro histórico" de Santa Marta, lo que beneficia el "turismo nacional y extranjero", apuntó.

El recorrido del museo, dividido en cuatro espacios temáticos, ofrece una colección de 565 objetos entre piezas arqueológicas prehispánicas, objetos etnográficos y coloniales, hallados durante las excavaciones del edificio.

En las vitrinas de la sala Sociedades prehispánicas, las figuras del hombre murciélago, el ave del inframundo; el vuelo nocturno de las placas aladas (aves de alas desplegadas), los pectorales con extremos en espiral o las formas antropomorfas exhiben auténticos tesoros de orfebrería, cerámica, concha y hueso.

Con 470 piezas, esta sala, que plantea un paralelo entre dos períodos prehispánicos, el Nahuange, del 200 al 900 d.C, y el Tairona, del 900 al 1.600 d.C, revela las formas de vida de los antiguos pobladores de la región. En opinión de la directora del Museo del Oro, María Alicia Uribe, uno de los aspectos más novedosos de esta transformación fue la participación de gran parte de la comunidad que, según dijo, aportó ideas y objetos tradicionales, e incluso una familia decidió ceder piezas exclusivas a la galería.

Con 470 piezas, esta sala, que plantea un paralelo entre dos períodos prehispánicos, el Nahuange, del 200 al 900 d.C, y el Tairona, del 900 al 1.600 d.C, revela las formas de vida de los antiguos pobladores de la región.

En opinión de la directora del Museo del Oro, María Alicia Uribe, uno de los aspectos más novedosos de esta transformación fue la participación de gran parte de la comunidad que, según dijo, aportó ideas y objetos tradicionales, e incluso una familia decidió ceder piezas exclusivas a la galería.

"El Museo es de todos", dijo a Efe Uribe, al considerar estas obras de arte como "un elemento de identidad" que caracteriza a los colombianos en el exterior.

La gente del Magdalena, sala etnográfica que narra la vida actual de las cuatro comunidades indígenas de este territorio sagrado, kogui, arhuaco o wintukua, wiwa o arsario y kakuamo, muestra algunas de las tradiciones que comparten estos pueblos como la hoja de coca, los tejidos o los mamos, como se les llama a los líderes que representan el principio del conocimiento.

La exhibición, que ocupa 1.226 metros cuadrados, se completa con las salas Historias desde la Casa de la Aduana y Bolívar estuvo aquí, que recuerda que el cadáver de Bolívar fue velado en ese lugar tras su muerte el 17 de diciembre de 1830.

Fuente: La Prensa

Compartir

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More