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miércoles, 2 de noviembre de 2011

El nuevo Alcalde de Santa Marta, un líder nato

Carlos Eduardo Caicedo Omar
Nació en Aracataca (Magdalena) y comenzó a demostrar su liderazgo como presidente del consejo estudiantil del famoso Liceo Celedón, de Santa Marta, donde estudió su bachillerato. Su carrera política comenzó en la izquierda, siendo estudiante de derecho de la Universidad Nacional, en los movimientos A Luchar, brazo político del Eln, y la Séptima Papeleta.

Integró una lista de candidatos de la Unión Patriótica para participar en la Asamblea Nacional Constituyente, en 1990. Después, se convirtió en el vocero del proceso de paz de la Corriente de Renovación Socialista (CRS), que entregó las armas en 1994, comenzó una corta carrera política, y llegó a la rectoría de la Universidad del Magdalena.

"Él ha sido un tipo coherente con sus ideas y esto lo llevó a enfrentarse a todo el establecimiento político para no entregar la institución a la mafia y la corrupción", dijo un compañero de la universidad.

Por lo que él considera una persecución política, fue suspendido de la universidad y condenado a 8 años de cárcel, por el presunto pago ilegal de cesantías a 47 docentes, por 3.600 millones de pesos.

Pagó 4 años y 8 meses de detención domiciliaria y, luego de ser absuelto, decidió lanzar su candidatura, a través de la recolección de firmas, y después fue avalado por el Partido Liberal. Caicedo denunció amenazas durante su campaña y una guerra sucia que, según él, estaba dirigida por 'parapolíticos'.

De 45 años, Caicedo se declara un trabajador incansable. "Es perseverante; insiste hasta el cansancio para realizar sus proyectos", dice un miembro de su equipo de trabajo.

Salvó de la quiebra a La U. del Magdalena

Caicedo aspiró al Concejo de Santa Marta, pero no alcanzó una curul y terminó en el gabinete del gobernador del Magdalena, Jorge Caballero, como consejero de Desarrollo Social y director de la Red de Prevención y Atención de Desastres. De ahí pasó a la rectoría de la Universidad del Magdalena, que dirigió por casi una década, a la que logró salvar de la quiebra y en la que lideró un proceso de modernización. En esa época se ganó la enemistad del gobernador Trino Luna Correa.

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