Luis Fernando Nieto no cabía de la dicha el 18 de agosto pasado, cuando se enteró que el Papa Benedicto XVI iba a estar en España para presidir la Jornada Mundial de la Juventud durante tres días. Más allá de la presencia del Papa en la capital española, lo que le emocionaba a este costeño, que nació en Santa Marta hace 27 años,
era que el último día de su visita, el Sumo Pontífice iba a oficiar una misa con los seminaristas en la catedral de la Almudena, lo que le abría la posibilidad de acceder a una misa privilegiada puesto que Nieto está estudiando para ordenarse como sacerdote.
Pero la cosa no era tan sencilla. En la catedral de la Almudena, donde se casaron los príncipes Felipe y Leticia en el 2004, solo había cupo para 800 seminaristas y se habían inscrito 4500. “Como no cabían muchos seminaristas en comparación con la cantidad de inscritos, se hizo un sorteo y salí seleccionado para quedar adentro”, dijo Luis Fernando.
Este fue el inicio de lo que este samario consideró como una cadena de bendiciones que lo llevó hasta el Papa. Nieto cuenta que se hizo un segundo sorteo, con los que habían ganado el cupo a la catedral, para elegir a los que serían acólitos de Benedicto XVI y le servirían en el altar.
“Se hizo el sorteo y lo volví a ganar. Era algo que no creía y que aún no lo creo. Los seminaristas que fuimos elegidos -11 en total- hablábamos lenguas diferentes: había un polaco, uno de Hong Kong, un italiano, un español, un alemán, un estadounidense, un francés, uno de la india, otro de República Checa, un portugués y un costeño; ¡un colombiano!”, expresó con emoción aun cuando han pasado 4 días desde que vivió esta experiencia. Tomado de El Heraldo.