Se sabe que fue en mayo de 1967 cuando la Editorial Sudamericana, de Buenos Aires, terminó la primera edición de Cien Años de Soledad, de Gabriel García Márquez. También es claro, para muchos, que las leyendas alrededor de la escritura de este libro no comenzaron ni terminaron en ese momento en que, según palabras de Tomás Eloy Martínez, la fama le “cayó como un rayo” al escritor colombiano.
Esas palabras las emitió el autor de El vuelo de la reina cuando era jefe de redacción de Primera Plana.
Hay tantos rumores en torno a esta novela. Unos infundados; otros, tergiversados. Tergiversados a veces por el mismo autor, que era experto en torcer la realidad, cosa que han comentado sus dos biógrafos, Gerald Martin y Dasso Saldívar.
Este último contó en un encuentro propiciado por la Universidad de Antioquia en agosto de 2014, que con Gabo todo, hasta el más mínimo detalle, tuvo que confirmarlo para escribir Un viaje a la semilla. El del nacimiento, por ejemplo: Gabo decía que había nacido en 1928 y fue en el registro civil que se supo que había nacido un año antes.
“La vida no es como uno la vivió, sino como uno la recuerda y cómo la recuerda para contarla”, dijo García Márquez en el epígrafe de Vivir para contarla.
Algunos más dicen que esta novela tenía 1.300 páginas, antes de una revisión exhaustiva del autor que la dejó en 490. También hay quienes afirman que durante años, Gabo anduvo por el continente con un manuscrito de 700 folios.
Lo que sí está documentado es que Cien años de soledad está incluida entre las cien mejores novelas en español del siglo veinte, según el periódico El Mundo, de España, y entre los cien mejores libros de todos los tiempos según el Club del Libro de Noruega. Que de acuerdo con cifras de las editoriales que lo han publicado oficialmente —no pirata—, lleva más de 30 millones de ejemplares impresos.