Víctor Meza y su esposa Cecilia Urrutia Gutiérrez |
Víctor Meza, su vida y sus hechos responden a una personal visión de le época y de las situaciones que le tocó vivir. Un aire de deferencia, de porte y de hiperactividad rodea su figura, indiscutida, como uno de los ineludibles forjadores de impulso, mejora y progreso, en su momento, de los Colegios: “Instituto Pedro Castro Monsalvo” de Valledupar, “Industrial de Santa Marta”, “Roque de Alba” de Villanueva, y por último, del “Colegio Nacional Loperena”.
Nació Víctor Meza en Gaira, Magdalena, el 9 de julio de 1932, y desde niño sintió afición por los discursos, gusto que adquiere rigor en el tercer año de bachillerato estimulado por su profesor Alfonso Carrillo, fundador del Colegio Santa Fe en los años 1949 y 1950, actitud prodigiosa que usaba en su retórica, plácida, alegre, optimista y en sus osadas intervenciones académicas como un paladín o caballero.
Víctor Meza comenzó sus estudios primarios en Santa Marta, y cursó su bachillerato en Valledupar y Pereira, hasta que la docencia lo convierte en un pedagogo de instituciones sutiles y entrega de sí mismo a los demás. Pero lo que no puede negarse aquí, es en su don gestionador y administrador, donde radicaba su originalidad, y donde se diferenciaba totalmente de sus homólogos; es que no solo predicaba con la palabra, sino con la acción.
Su vida y su obra aun, siguen vigentes, así:
De la Industrial de Santa Marta, logró la dotación del laboratorio de Ciencias, donada por el entonces, Instituto Colombiano de Construcciones Escolares ICCE, y que entonces fuera director Jaime Calderón Brugés; fundó la jornada paralela de la tarde y dejó dotación de maquinarias, además de un bus.
Del Roque de Alba de Villanueva, construyó la nueva sede aún vigente, con una planta física nueva, dotación completa de pupitres con muchos sobrantes en aquel momento, y la ampliación de la planta administrativa.
En el Loperena, su mejor trabajo, el reordenamiento de la Diversificación en Ciencias, con algunas reconstrucciones y dotaciones no menos importantes, que lo convirtió en un Centro Piloto de la Diversificación en el Cesar en su momento.
Los nombres de los padres de Víctor responden a Víctor Meza y Faustina Bornachera, siendo el quinto entre siete hermanos.
Se casó en 1960 con doña Cecilia Urrutia Gutiérrez, de ella decía “he recibido el mejor premio de mi vida, mi amiga, compañera y esposa, comprensible, amable y apacible”. Fue padre de cinco hijos: María Nieves, el economista industrial Jesús Elías, María Victoria, la abogada María Consuelo y la administradora de empresa Diana Margarita, a quienes hoy les expresamos, nuestro lamento sincero.
Hasta aquí, en un poco de redacción apretada, se puede ver el despliegue externo e intrínseco de Víctor Meza, pero suficiente para caracterizar a un hombre y a su nobleza; porque, no se trata de presentar y despedir a un líder, un filósofo, a un pensador, o un político, pero si, realmente, a un innovador con aquellas particularidades, que produjo y transmitió hallazgos pedagógicos para generar ventura y dicha educativa, en especial para los docentes y los alumnos que dirigía. Paz en tu tumba.