La sabrosura del Caribe, la frondosidad de la selva, la tradición indígena y hasta una montaña cubierta de nieve forman uno de los parajes más espectaculares de Colombia. Y la de Barranquilla no quiere que Piqué se lo pierda... Se lo canta a ritmo de vallenato reggeatonero junto a su paisano Carlos Vives.
Es una de las canciones del verano. Se escucha en la radio, se tararea camino al trabajo y se baila en las discotecas. La Bicicleta, de los colombianos Carlos Vives y Shakira, se le ha metido en la cabeza hasta al más reacio de la música popular. Y más de uno (seguro), se ha preguntado qué es ese lugar al que la cantante quiere llevar a Piqué, el Tay... ¿qué?. Se llama Tayrona, queda en el departamento del Magdalena, al norte de Colombia, y es una de las joyas naturales del país sudamericano.
La magia y la originalidad del Parque Nacional Natural Tayrona, ubicado a 34 kilómetros de Santa Marta (la ciudad natal de Carlos Vives), reside en una mezcla tan agreste de paisajes que solo pudo ser esculpido por dioses. A un lado las olas golpean con fuerza las rocas volcánicas que se alinean junto a la playa, de un dorado intenso; al otro, la vista parece encontrar un espejismo. Como si un pedazo de la selva amazónica se hubiera levantado en medio del Caribe.
Los colombianos en el vídeo de 'La Bicicleta'
Esa mezcla natural continúa, porque además, a pocos kilómetros del mar (tan solo 42), se alza la montaña costera más alta del mundo, el pico Simón Bolívar. Hace parte de la Sierra Nevada de Santa Marta,se eleva hasta 5.700 metros, y mantiene en su cima nieves perpetuas y varios kilómetros cuadrados de glaciares. Sí, hielo justo al lado del tropical Caribe. Alrededor de la sierra, en el tupido bosque lluvioso se esconde el parque arqueológico Ciudad Perdida, conocido como Teyuna, construido hacia el año 700, y corazón de la ancestral civilización Tayrona. Allí viven aún unos50.000 indígenas koguis y arhuaco, en sus típicas casitas circulares hechas en paja y bahareque.
Sin duda, la frescura y el buen rollo de La Bicicleta -con sonidos que van desde elacordeón y la flauta de millo, hasta los arreglos del dancehall, un ritmo original jamaiquino que comúnmente se confunde con el reggaeton-, evidencian la alegría de los colombianos y el fuerte vínculo que tienen con la música, que se cuela en sus caderas, moviéndose como si no hubiera un mañana. Esa efervescencia de la sangre latina contrasta con la tranquilidad que se vive en el Tayrona, un santuario que invita a un viaje con uno mismo, a la serenidad y al disfrute en armonía con la naturaleza. Apto para los más amantes del ecoturismo, repleto de planes de senderismo, buceo y avistamiento de flora y fauna, en los que se incluyen varias especies en vía de extinción.
Ciudad Perdida, donde aún habitan los indígenas.
Al parque se accede por la carretera que va hacia La Guajira, pero solo hasta allí son permitidos los coches, el camino para adentrarse en el Tayrona debe hacerse andando o en caballo. Serpenteando elbosque tropical lluvioso, manglares y playas casi vírgenes, se llega a los Ecohabs, alojamientos típicos indígenas (bohíos circulares sin ventanas y con techos de palma sobre terrazas de piedra), pero con todas las comodidades de un hotel. Un capricho para quienes quieren disfrutar de lo natural pero sin renunciar a los servicios cinco estrellas. Para aquellos con menos presupuesto hay diversos hoteles más pequeños e incluso zonas de campingpara los más asiduos de lo natural.
La banda sonora de la sierra, que tiene todos los pisos térmicos (desde el cálido seco hasta las nieves perpetuas) la cantan innumerables aves y monos aulladores que viven en los casi 29 ríos que nacen del deshielo de las montañas. Mientras el nuevo ritmo de las capitales costeñas (Santa Marta y Barranquilla) lo cantan Vives y Shakira. La artistas hace una especie de declaración de amor al futbolista español en el single que acumuló más de 20.000 reproducciones en las primeras seis horas tras su lanzamiento. Además, la letra de la canción guarda un significado muy especial al tratarse de la tierra natal de los cantantes. «Estoy convencida de que si Piqué se encuentra con esos paisajes, se quedará jugando en el Junior de Barranquilla y será un problema para el Barcelona (risas)», llegó a contar la artista al diario colombiano El Tiempo.