No obstante su discusión sobre el año de su fundación, se ha llegado a un acuerdo histórico de que la misma fue el 29 de julio de 1525, siguiendo las pautas de los historiadores Jorge Bermúdez, Rodrigo Noguera Laborde, Ignacio Ospino García y otros.
Por eso debe acotarse, que el Plan Estratégico Distrital, sitúa los 500 años para el 29 de julio de 2025. No podemos olvidar que fue la primera ciudad que sobrevivió después de la antigua del Darién, en el territorio continental de América. Ese plan estratégico, tiene que ver con su desarrollo económico, político y social, procurando un plan de metas para una ciudad moderna, ajustada a un Plan de Ordenamiento Territorial y con pleno desarrollo de las llamadas localidades, de que habla la Ley 16 17 de febrero de 2013, localidades que dividirían al Distrito en tres porciones, como lo serían localidad norte, localidad sur y localidad oriental, todas ellas con ediles, policlínicas, mercados satélites y demás aspectos para descentralizar el llamado Centro Histórico, que cada día lo estamos convirtiendo en un corralito cerrado.
La historia de Santa Marta, también estuvo alimentada por el poder de intriga, de los mismos hombres que acompañaban al Adelantado Rodrigo de Bastidas, nacido en el barrio de Triana, de Sevilla, región de Andalucía en España; barrio de Triana partido con la ciudad de Sevilla por el Rio Guadalquivir, donde estuvo toda la cúpula
administrativa, financiera y política, para que a 80 kilómetros de allí en el Puerto de Cádiz, se montara la sede del transporte oceánico entre la España conquistadora y la América conquistada.
Hecho ese prólogo, debemos enfrentarnos a que en estos diez años que faltan para los 500 años se tracen algunas obras de desarrollo, para mostrar al mundo esa hazaña que fue la fundación de Santa Marta y admirar a
ese gran conquistador que fue Rodrigo de Bastidas, quien residiendo en Santo Domingo como ganadero y recaudador de impuestos reales como almojarife, se decide a sus 65 años de edad, con la autorización de la Corona, venir a América logrando el objetivo de esa fundación.
Si hacemos un bosquejo de lo que debe hacerse, por parte de los gobernantes anteriores a esa fecha, encontraremos la necesidad de satisfacer la carencia o deficiencia del agua potable, bien trayéndola del Río Magdalena, o de ríos como Guachaca o Buritaca o siguiendo la teoría Oppen Bosh, construyendo una represa en el alto de la Sierra Nevada, en el piedemonte que da frente a la Troncal que conduce a Riohacha. No olvidemos que de la Sierra Nevada bajan aproximadamente 36 ríos y muchos llegan al mar, por el lado de la carretera a Riohacha.
El agua significa para Santa Marta, la prioridad uno A. Otro de los aspectos por realizar es la restauración y canalización del Rio Manzanares el río icónico de la ciudad. Muchas compañías holandesas se han ofrecido en esa meta que vale la pena aprovechar por la experiencia y conocimiento de los holandeses.
Otro aspecto sería, que la carrera primera o de la Bahía, sea de doble vía, alternando con un paseo en la vía, ya que muchas de las personas del ámbito turístico que llegan a nuestra ciudad tienen el anhelo de ver lo más cercano posible el Morro que cierra la Bahía. Queremos también, como se acostumbra en los Estados Unidos, que se permita al público llegar en lanchas hasta El Morro, donde debe haber un buen restaurante y museo que encierre la historia de Santa Marta.
La vía a El Rodadero debe ensancharse, que facilite el movimiento vehicular, si no se piensa en un viaducto que atraviese el cerro y facilitare una vía rápida de movimiento. Igualmente y para guardar el contraste entre el Rodadero y Taganga, mejorar la vía que nos lleva a Taganga, y dotarla de plenos servicios públicos y ojalá creando un mercado artesanal, donde se expendan frutos del mar y elementos de la flora marina del entorno, que mucho gusta al visitante. Ya sería política policial acabar de que dicho pueblo por la llegada de extranjeros, se convierta en antro de drogas y no dañar de esa manera a la juventud que allí se levanta. Esto va unido a la cultura ciudadana que debe comenzar en hogares y colegios, si queremos que nuestra generación futura y la de los quinientos años, sea una juventud que encarne valores, conllevando mejoramiento de la calidad en nuestra educación primaria y media.
Santa Marta, es la primera ciudad que celebra quinientos años, por encima de ciudades, como Lima, Santiago, Quito y Bogotá. No olvidemos que el Art. 111 de la Ley 16 17 de febrero 5 de 2013, declara a Santa Marta, Distrito Turístico, Cultural e Histórico. En nuestro territorio también habrá de celebrarse en esos quinientos años, aun cuando ellos no lo acepten-, el valor y significado de nuestros pueblos indígenas, como los Koguis, los Arhuacos y otros grupos más que habitan y cuidan el lomo de la Sierra Nevada de Santa Marta y por qué no decirlo también, rendirle culto y respeto a los grupos Afro Colombianos, que se sentaron en nuestro territorio y han hecho de nuestra cultura, una ciudad multicultural.
El 29 de julio de 1525, fue un día martes y esa es la fecha del natalicio de la ciudad, sin olvidar que primero fue fundada por Bastidas la Bahía, en 1502 y la ciudad en 1525. Por tanto, necesitamos de una dirigencia que quiera a la ciudad dentro de un culto por la moral pública y la tolerancia, volviendo a los tiempos de antaño donde muchos dormían con las puertas abiertas y los pocos ladronzuelos conocidos por todos, eran detectados y aislados. También hay que recordar a nuestros loquitos que le dieron vida a la ciudad.
Falta incentivar al inversionista para que haya empleos para todos y establecer una política impositiva en favor del inversionista de afuera con el número de nativos que allí laboren incluyendo el personal técnico. Nuestras universidades han hecho de la ciudad un campo universitario que nos hace convivir con personal de otros departamentos de la región Caribe, pero sobre todo si queremos un hábitat fresco para un desarrollo sostenible, facilitar la siembra de árboles de sombra que sirvan de pulmón a la ciudad y elimine el gas carbónico.
Queremos los samarios de nacimiento y los que son por adopción, que sea una ciudad amable. Pedimos a Dios como Gran Arquitecto, que llene a Santa Marta de buenos hijos que la sigan enalteciendo en todos los campos del conocimiento, donde los cargos públicos que deben ser de servicio no se conviertan en tiendas de negocios personales. Que Dios provea nuestro futuro y el nombre de la Santa nos siga arropando.
Fuente: Hoy diario del Magdalena