Corría el año de 1883. Ciénaga (Magdalena), la segunda ciudad más importante del departamento, se estremeció. La causa: Tomasita, una pequeña, hija de pescadores, fue arrastrada a las aguas del caño por un hambriento caimán que la engulló de un solo golpe. Los lugareños, invadidos por la rabia, salieron de inmediato a la cacería del animal, que fue sacrificado, atado y llevado en hombros por la muchedumbre hasta la casa de la víctima.
La marcha que emprendieron los locales se convirtió en tradición. La anual caminata en conmemoración a la niña, dio vida a la leyenda y con el paso de los años se convirtió en un espacio de gran importancia para la música, la danza, los trajes y otras arraigadas costumbres costeñas que poco a poco dejaron de ser fúnebres hasta convertirse en el que hoy es conocido como el Festival Nacional del Caimán Cienaguero, que este año cumplirá 56 años ininterrumpidos de celebración.
Grupos folclóricos de todo el país llegarán a Ciénaga para competir por el título a la mejor danza del caimán. Las comparsas recorrerán las calles del pueblo para luego hacer su presentación oficial en la tarima principal. Durante los días de fiesta los cienagueros y personas que lleguen de todas las regiones del país podrán observar la competencia de los grupos participantes, así como la presentación de orquestas y conjuntos musicales.