Por la calma que brindan sus bellas playas, los vestigios indígenas que están en las poblaciones aledañas, los lugares de importancia histórica y los planes ecoturísticos, Santa Marta es un excelente y variado destino para visitar, más aún en estos días cuando la alegría de las luces de Navidad adornan sus calles y el sol está en todo su esplendor.
Y es que no hay mejores vacaciones que aquellas que ofrecen la posibilidad de realizar diferentes actividades para toda la familia en un mismo sitio: desde la tranquilidad que se puede sentir a la orillar del mar, los planes culturales que muestran la forma de vida que llevaban las civilizaciones que habitaban hace miles de años el país, hasta programas de deportes extremos llenos de adrenalina. Todo esto es lo que se puede vivir en La Perla del Caribe y son estos atractivos los que la hacen un lugar completo y encantador.
Además de encontrar una infinidad de actividades para divertirse de día, por las noches podrá vivir la mejor rumba al estilo samario en las discotecas de El Rodadero, donde los ritmos caribeños lo cautivarán y harán gozar hasta el amanecer. Pero si prefiere un plan más tranquilo, en este mismo sector podrá degustar lo mejor de la gastronomía de la región, abundante en pescados y frutos del mar frescos mezclados con exóticos sabores.
Las siguientes son algunas recomendaciones para vivir al máximo este destino.
La magia de diciembre en la costa Caribe
Un excelente plan para esta época que lo hará disfrutar de la vida nocturna de la ciudad es el recorrido para apreciar el alumbrado navideño.
Y es que no hay mejores vacaciones que aquellas que ofrecen la posibilidad de realizar diferentes actividades para toda la familia en un mismo sitio: desde la tranquilidad que se puede sentir a la orillar del mar, los planes culturales que muestran la forma de vida que llevaban las civilizaciones que habitaban hace miles de años el país, hasta programas de deportes extremos llenos de adrenalina. Todo esto es lo que se puede vivir en La Perla del Caribe y son estos atractivos los que la hacen un lugar completo y encantador.
Además de encontrar una infinidad de actividades para divertirse de día, por las noches podrá vivir la mejor rumba al estilo samario en las discotecas de El Rodadero, donde los ritmos caribeños lo cautivarán y harán gozar hasta el amanecer. Pero si prefiere un plan más tranquilo, en este mismo sector podrá degustar lo mejor de la gastronomía de la región, abundante en pescados y frutos del mar frescos mezclados con exóticos sabores.
Las siguientes son algunas recomendaciones para vivir al máximo este destino.
La magia de diciembre en la costa Caribe
Un excelente plan para esta época que lo hará disfrutar de la vida nocturna de la ciudad es el recorrido para apreciar el alumbrado navideño.
Miles de bombillas, colores y figuras vistieron los tradicionales atractivos de la ciudad. En el Camellón de la Bahía y el del Rodadero, los parques Simón Bolívar, el de Los Novios, San Miguel, Los Trupillos, la Plaza de la Catedral Basílica y la glorieta de la Quinta de San Pedro Alejandrino encontrará árboles navideños, borlas gigantes, bastones, copos de nieve, campanas, flores de Navidad y unos grandes ángeles dorados con trompetas para hacer vivir a los propios y extraños con alegría estas festividades.
Aventura en el Parque Tayrona
Un lugar para relajarse, divertirse y emprender un viaje al pasado se encuentra el visitante al recorrer las ruinas de la cultura Tayrona (una comunidad que habitó las tierras de esta zona del litoral Caribe desde el año 800 y hoy se conoce como La Ciudad Perdida).
Si le gustan los planes ecológicos, podrá recorrer los senderos empedrados construidos por los indígenas que vivieron en la zona y que van desde la costa hasta la espesa vegetación en los sectores de Neguanje, Cinto, Cañaveral-Arrecifes y los Naranjos. Otros atractivos culturales son los sitios arqueológicos Ciudad Chairama, considerada monumento y patrimonio nacional, y el Sendero de las Nueve Piedras, donde encontrará importante información de la cosmogonía tayrona.
Bucee en Taganga
A 15 minutos en bus desde Santa Marta se levanta entre las laderas de las montañas y el mar un pintoresco pueblo de pescadores cuyo nombre es sinónimo de buceo. Taganga. Cada mañana cientos de turistas se reúnen desde muy temprano por la mañana en las casi 30 escuelas especializadas en enseñar el deporte acuático, todos ávidos por pasar un día entero sumergiéndose en las apacibles aguas para apreciar los más exóticos paisajes marinos.
Esta población cuenta además con pequeños y acogedores hoteles que les brindarán la oportunidad a los huéspedes de estar en contacto con el estilo de vida de sus habitantes. Por la noche, los turistas podrán escoger entre una variada oferta de restaurantes, en los que degustarán los más exquisitos pescados y frutos de mar.
Turismo ecológico en el Museo Taironaca
En la zona rural de la ciudad se encuentra una hermosa finca, que desde hace dos años hace gala de la inmensa belleza ecológica que caracteriza a las colinas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Este lugar era propiedad del capitán Francisco Ospina Navia, una persona de la región que se ha preocupó por preservar su riqueza marina, arqueológica y ecológica.
Aquí se encuentran las terrazas edificadas por los tayronas y otros tantos hallazgos arqueológicos que son exhibidos en un pequeño museo. Los amantes de las emociones extremas pueden practicar rafting en el río Don Diego, que pasa por la zona, o si prefiere un plan más calmado puede dar una caminata para contemplar la flora y fauna.
Mamancana, al extremo
Esta reserva de 600 hectáreas de bosque tropical seco se ha convertido en uno de los destinos predilectos para quienes disfrutan de las actividades al aire libre. El canopy, parapente, escalada en roca, rappel, ciclomontañismo, downhill, cabalgatas, observación de aves y travesías en vehículos todo terreno son algunos de las actividades que cada día atraen a más turistas.
Este destino natural es muy completo, pues también cuenta con restaurantes, lugares para reuniones y un grupo de guías capacitados por reconocidos instructores y entidades de socorro y equipos de alta calidad que cumplen con todos los estándares de seguridad.
Sin duda, Santa Marta y sus alrededores son un paraíso inagotable de riqueza natural, cultural y arqueológica que logra cautivar. Este es un destino que no se queda en el tiempo, cada día se renueva para hacer pasar mejores y más excitantes experiencias a sus visitantes.