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martes, 2 de noviembre de 2021

¿Cómo sería el tren que comunique a Santa Marta, Barranquilla y Cartagena?


El viejo proyecto del Tren Regional Caribe, que busca conectar a Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, está cada vez más cerca de ser una realidad.

En la actualidad, la Unión Temporal Ardanuy-Coral Delgado & Asociados Abogados realiza los estudios y diseño del trazado de la línea férrea, cuyos resultados finales se deberán revelar en marzo del 2022.

Los estudios fueron contratados por las tres gobernaciones (Bolívar, Atlántico y Magdalena) hace seis meses.

Hasta el momento, se conoce que el costo del diseño es de unos 5.197 millones de pesos. Además, Findeter es la entidad que ejecuta el proyecto, financiado con los recursos de las regalías.

El Plan Maestro Ferroviario del Gobierno Nacional busca impulsar esta ruta con el propósito de fomentar la construcción de una red ferroviaria en todo el territorio nacional.

Por ahora ha trascendido que hay tres opciones para echar a rodar el tren del Caribe, que sería el primer proyecto de integración regional financiado por los tres departamentos y cuyo propósito es mover pasajeros y carga por la región.

Sobre la mesa hay tres propuestas, dos para el transporte de pasajeros y una tercera que sería mixta (carga y pasajeros).

La primera propuesta tendría una longitud de 220 kilómetros y sería un trazado paralelo a la vía al Mar (Cartagena-Barranquilla).

El tren saldría de la terminal de transporte de Cartagena y conectará en Barranquilla con el sistema de transporte masivo Transmetro. Posteriormente, seguirá hasta el Magdalena a través de un viaducto que conecte con la vía Barranquilla-Santa Marta.

En cuanto a la segunda opción, se trataría de un tramo que estaría conectando a Cartagena con Barranquilla, con un trazado de 234 kilómetros paralelo por la vía La Cordialidad, y seguiría a Santa Marta por la actual vía que comunica al Atlántico con el Magdalena.

Finalmente, la opción de transporte mixto conectaría con los puertos locales y no utilizaría el trazado de la troncal del Caribe. Es decir, no pasaría por la Isla de Salamanca ni la Ciénaga Grande.

Esta ruta comenzaría en Cartagena y llegaría a Fundación, Magdalena, entrando por la vía de la Prosperidad, donde se conectaría con la línea férrea del Atlántico.

“Sumamos esfuerzos para unir mediante un tren de cercanías al Atlántico, Bolívar y Magdalena”, expresó la gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, al tiempo que el gobernador de Bolívar, Vicente Blel, aseguró: “Los estudios de prefactibilidad son un gran paso hacia la meta de hacer a la región más competitiva, con más oportunidades de comercio y de reactivación económica”.

La propuesta de la multinacional china para construir el Tren del Caribe

Juan Felipe Velásquez, representante de la multinacional china BYD en Colombia, les presentó a las gobernaciones la opción de las tecnologías Skyrail o tren elevado para el transporte de pasajeros.

Velásquez aseguró que la flexibilidad y la adaptabilidad de este sistema lo convierten en una tendencia global que se está tomando el mundo y su relación costo-beneficio es óptima, ya que permite alcanzar tiempos de ejecución de las obras de hasta un kilómetro por mes, lo que lo hace muy eficiente en su proceso de construcción.

El representante de BYD en Colombia sostiene que los sistemas elevados requieren mucho menos espacio para su construcción, pues la vía va elevada y solo se afectan pequeños espacios como separadores viales ya existentes.

De acuerdo con las estimaciones realizadas actualmente por la multinacional china, este tipo de tren elevado podría transportar entre 8.000 y 41.000 pasajeros por hora, a una velocidad promedio de 80 kilómetros por hora.

Además, esta multinacional ya cuenta con experiencia en el sector, pues participa en varios proyectos de tren elevado en el mundo, como en Salvador de Bahía (Brasil), y están promoviendo esta tecnología para el tramo de la calle 80 del metro de Medellín.

Las ventajas de tener un metro elevado en el Caribe

De otro lado, el componente predial juega un papel determinante en los presupuestos de ejecución, y el sistema elevado, al requerir mínima o muchas veces ninguna reconfiguración vial, exige mínima inversión predial, lo que liberaría recursos para otras inversiones que requiera el municipio o la nación para hacer en esta región.

“Es posible que el presupuesto de ejecución pueda reducirse hasta en un 44 por ciento al compararlo con la implementación de un sistema de tren a nivel del suelo”, indica Velásquez, al explicar que un kilómetro que podría costar 57 millones de dólares, con esta tecnología pasaría a 32 millones de dólares.

Por último, desde BYD enfatizan en el componente medioambiental, que puede significar ahorros de más de 8.000 toneladas de CO2 al implementar tecnologías elevadas, tanto por la operación como por su construcción, pues implica menos transporte de material.

“La tala de árboles con el sistema elevado se reduce significativamente por su flexibilidad en el trazado, ya que puede ser desplazado hacia costados de la vía si se necesita. Además, mucho del componente vegetal puede quedar bajo el sistema”, concluyó Velásquez.

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