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miércoles, 2 de diciembre de 2015

Invernaderos para los pueblos indígenas en la Sierra Nevada



Con esta tecnología, se busca que los pueblos indígenas de la Sierra Nevada amplíen su seguridad alimentaria; además, no agredir el medio ambiente, pues la producción de alimentos será orgánica. Los indígenas fueron capacitados en el manejo de esa tecnología.

La dieta alimenticia de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta se compone básicamente de cuatro productos: yuca, malanga, ñame y guineo.

Ahora, la podrán ampliar a más 20, y entre esos productos están legumbres, hortalizas y verduras, que les garantizarán una verdadera seguridad alimentaria.

Lo anterior es posible por la puesta en marcha de un proyecto que involucra, por ahora, el montaje de tres invernaderos, compuestos, cada uno, por cinco naves, en tres comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta: Domingueka, Tungueka y Degogselly.

Esa iniciativa, que tuvo un valor de $999 millones, fue financiada por el Incoder y ejecutada por la Corporación Colombia Orgánica, ente que coordina el santandereano Hernando Niño Rivera.

Cada invernadero cubre aproximadamente 3.800 metros cuadrados y, además, posee unos 600 metros cuadrados para agricultura vertical.

“Uno de los grandes retos de la posmodernidad y el cambio climático, implica la interrelación de diferentes disciplinas y la participación directa con el conocimiento ancestral de los pueblos Kogui y Wiwa”, agregó Niño Rivera.

En su concepto, con el montaje de invernaderos retractiles no se está agrediendo la naturaleza ni el entorno de las comunidades. Por el contrario, se les llevó la tecnología, para que se apropien de ella y puedan tener una canasta familiar que contenga tomate, habichuela, pimentón, lechuga, acelgas y espinacas, entre otras”, agregó.

Niño Rivera dijo que las comunidades fueron capacitadas para trabajar los invernaderos y fortalecer la agricultura orgánica.

Ya producen

Según Niño Rivera, en los invernaderos ya se tienen cultivos y se han levantado eras de hortalizas, legumbres y verduras. 

Se proyectaron, según indicó, para que provean alimentación a para 300 jóvenes indígenas de los colegios y a la comunidad en general. 

Están dotados de tecnología de punta en lo concerniente a suministro de agua y control de humedad y temperatura. 

“Si bien es cierto que es tecnología de punta, la comunidad ya se apropió de ella. Es la primera vez en la historia que las comunidades indígenas aceptan un proyecto de esa magnitud, pues fueron ellos quienes lo presentaron, y en el campo señalaron y dieron las indicaciones de dónde debería ir montado, de acuerdo a sus costumbres”, agregó.


Fuente: Vanguardia.com - Galvis Ramírez y Cía. S.A.


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