Para el empresario del turismo Jean Claude Bessudo, Ciudad Perdida, en la Sierra Nevada de Santa Marta, es una de las principales joyas arqueológicas y naturales de Colombia y uno de sus lugares favoritos. Y es también –añade– uno de los destinos con mayor potencial en el país para atraer a viajeros de todo el mundo.
Por eso le pidió al Gobierno que lo apoye en su iniciativa de habilitar un helipuerto cerca de dichas ruinas, a donde llevaría a turistas desde Santa Marta, en un vuelo de 15 minutos.
“Sería un servicio para aquellos turistas que no tienen mucho tiempo ni la condición física”, afirmó Bessudo, presidente de Aviatur –la agencia de viajes más grande del país–, al recordar que para llegar a Ciudad Perdida es necesaria una caminata de hasta seis días, y de una exigencia física considerable.
“El mundo entero merece conocer las maravillas de Ciudad Perdida”, dijo Bessudo, al afirmar que en su iniciativa ya encontró un primer inconveniente. En noviembre pasado, en una visita que hizo con directivas del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), le indicaron el lugar donde podría habilitar el helipuerto. Queda a seis minutos de distancia, a pie, de las ruinas de Ciudad Perdida –una serie de terrazas que fueron una ciudad sagrada de los tayronas y que hoy forman parte del territorio ancestral de los koguis–, que son el principal atractivo del destino. En ese lugar no se afectarían las terrazas, pero el problema es que habría la necesidad de tumbar nueve árboles, en terrenos que le pertenecen a Parques Nacionales Naturales.
“Sí, son nueve árboles, pero estaríamos dispuestos a sembrar los árboles que sean necesarios para poder impulsar el turismo en este destino. Por fortuna, en la Sierra hay millones y millones de árboles”, añadió Bessudo, quien le pidió respaldo a la ministra de Comercio, Industria y Turismo, Cecilia Álvarez–Correa, en un evento de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo realizado en Cartagena hace un poco más de dos semanas.
La Ministra se comprometió a organizar una reunión con Presidencia de la República para revisar el tema. Sin comprometerse, reconoció que se trata de un proyecto estratégico y afirmó que uno de los inconvenientes que frenan el desarrollo turístico de Colombia es el no aprovechamiento de todo el potencial de los destinos. “Se puede ir y se puede conservar”, dijo.
Bessudo espera que dicha reunión se realice pronto para continuar con la propuesta y poder socializar con los indígenas. “Somos totalmente respetuosos de los pueblos ancestrales, de sus tradiciones y su territorio. La idea es poder trabajar juntos, de manera coordinada; lo que ellos decidan está bien”, añadió Bessudo. Y afirmó que, de llegarse a un acuerdo, las comunidades indígenas se verían beneficiadas económicamente con la operación de este producto turístico.
Así se hizo en la década de los 80, cuando Aviatur operó vuelos en helicóptero en este destino, hasta que los koguis le pidieron retirarse, porque las aeronaves interrumpían sus ceremonias y rituales.
Julia Miranda, directora de Parques Nacionales, dijo que la propuesta se entiende desde lo práctico, pues poca gente puede llegar caminando hasta Ciudad Perdida. Pero fue enfática en aclarar que para disponer de un helipuerto se requiere de la autorización de los indígenas de la Sierra, del Icanh y de la entidad a su cargo, en un lugar donde no se afecten las ruinas, ni los ecosistemas y menos las comunidades. Miranda respondió con un no rotundo cuando se le preguntó sobre la necesidad de tumbar algunos árboles.
“Desde el punto de vista ambiental y ancestral no lo veo muy viable, tendrían que consultarlo con las autoridades tradicionales, porque yo sé que esas cosas benefician a las agencias de viajes pero no a la comunidad”, afirmó Atanasio Moscote, líder kogui.
Por su parte Ernesto Montenegro, director del Icanh, dijo que “estaremos prestos a estudiar un diseño novedoso y que garantice la protección del patrimonio”.
¿Y los vuelos en Bogotá?
En febrero de este año, Aviatur anunció un servicio de traslados en helicóptero desde y hacia el aeropuerto El Dorado, en Bogotá, para los pasajeros de clase ejecutiva en Avianca. Sin embargo, esta iniciativa no ha podido arrancar porque el helipuerto propuesto, en la calle 67 con 7.ª, no se pudo habilitar debido a las quejas de la comunidad. Aviatur afirmó que actualmente se trabaja en la consecución de un nuevo helipuerto, entre las calles 100 y 127, y el servicio se estaría prestando, máximo, dentro de dos meses.