Todo indica que a pesar de que se lograra la firma de los acuerdos de La Habana, principal mandato popular al mandatario Juan Manuel Santos, la nación tendrá que comenzar a andar los caminos del postconflicto, porque la finalización del componente armado no implica la cesación del conflicto social.
Un primer acercamiento para la realización de esta tarea es la ubicación del maestro frente a una pedagogía del postconflicto. Desde la base, desde las relaciones interpersonales al interior de la institución educativa, desde el aula y desde cada una de las instituciones educativas.
Depurar cada palabra es una condición preliminar, se enfatiza y se ejemplifica con el concepto de "crítica" –ajeno a "degradación o difamación"-, entendido como un proceso que parte de la información objetiva (demostrable, verificable), pasando por el Juicio Ético (confrontar la información con principios y valores), para llegar a la Opinión personal y pública. Fortalecer la crítica como categoría filosófica, como género literario, como necesidad social, como ejercicio democrático, como característica de la sociedad abierta que queremos impere en Colombia. Es un elemento in-dis-pensable para la entronización de las pedagogías críticas en contra del pensamiento único.
Los contenidos serán seleccionados y adoptados por consenso en cada institución y comunidad de acuerdo con su propio contexto sin perder de vista el interés nacional, entre una amplia gama de propuestas argumentadas, siempre ampliable, y que abarcan todos los factores internos y externos del agudo y crónico conflicto social y armado que hemos padecido por más de medio siglo.
Por Santiago Mazo Loaiza
Coordinador de la Comisión de Ética y Veeduría de Adida.
