En el barrio Puerto Mosquito, al suroccidente de Santa Marta, en cercanías al corregimiento de Gaira, los Sierra Visbal sienten que con la muerte de Hugo Chávez Frías les han arrancado un pedazo de su vida. A la memoria de Luis y Anan –los ejes de esta familia– llegan los recuerdos del 10 de agosto del 2010, cuando en el barrio La Lucha, el entonces Jefe de Estado venezolano, alzó en sus brazos a su hijo Luis Santiago, de 9 meses, tras detener la marcha del vehículo en que se movilizaba entre el Aeropuerto y la Quinta de San Pedro Alejandrino.
El fallecido mandatario visitaba para la época la ‘Perla de América’ en el marco de un encuentro binacional para acordar con su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, puntos claves en una agenda que los llevaría a estrechar los lazos comerciales y amistosos entre las dos naciones.
Fue esta la última vez que Chávez estuvo en la capital del Magdalena y el momento claves para que Colombia y Venezuela zanjaran definitivamente diferencias.
Adoloridos por la noticia, de la que se enteraron por boca de las personas que en la calle regaron la voz, Luis Sierra y Anan Visbal, elevaron una plegaria y manifestaron que “se fue un gran hombre”.
Aunque a sus tres años el pequeño Luis Santiago no logra medir la proporción de lo sucedido, sabe que quien se murió fue ese señor que lo cargó y era su amigo.
Recordaron que la tarde del 10 de agosto del 2010, luego que el calor y la euforia por el gesto del Presidente bajara en intensidad, su casa fue visitada por muchas personas que querían conocer al pelaíto ese que Chávez cargó.
Fueron dos o tres días de fama pero también de mamaderas de gallo.
Al pequeño Luis Santiago llegaron a apodarle Chavito, otros le llamaron ‘El hijo de Chávez’ y ‘El Chamo’.
Los Sierra Visbal sostienen que luego del nacimiento de Luis Santiago, el haber tenido ese recuerdo de Hugo Chávez ha sido lo mejor que les ha pasado en su vida. Dicen que hoy no se despegarán del televisor.
El fallecido mandatario visitaba para la época la ‘Perla de América’ en el marco de un encuentro binacional para acordar con su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, puntos claves en una agenda que los llevaría a estrechar los lazos comerciales y amistosos entre las dos naciones.
Fue esta la última vez que Chávez estuvo en la capital del Magdalena y el momento claves para que Colombia y Venezuela zanjaran definitivamente diferencias.
Adoloridos por la noticia, de la que se enteraron por boca de las personas que en la calle regaron la voz, Luis Sierra y Anan Visbal, elevaron una plegaria y manifestaron que “se fue un gran hombre”.
Aunque a sus tres años el pequeño Luis Santiago no logra medir la proporción de lo sucedido, sabe que quien se murió fue ese señor que lo cargó y era su amigo.
Recordaron que la tarde del 10 de agosto del 2010, luego que el calor y la euforia por el gesto del Presidente bajara en intensidad, su casa fue visitada por muchas personas que querían conocer al pelaíto ese que Chávez cargó.
Fueron dos o tres días de fama pero también de mamaderas de gallo.
Al pequeño Luis Santiago llegaron a apodarle Chavito, otros le llamaron ‘El hijo de Chávez’ y ‘El Chamo’.
Los Sierra Visbal sostienen que luego del nacimiento de Luis Santiago, el haber tenido ese recuerdo de Hugo Chávez ha sido lo mejor que les ha pasado en su vida. Dicen que hoy no se despegarán del televisor.
Por Agustín Iguarán /EL HERALDO