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lunes, 25 de noviembre de 2013

Valeria, la diseñadora de 14 años que viste a niñas en Santa Marta

 
Al entrar al almacén, ubicado en el Centro Histórico de Santa Marta, en el que predominan los vestidos infantiles, de colores vivos y pastel, los clientes aún se sorprenden con la niña de 14 años, de cabello negro y sonrisa coqueta, que se les acerca para asesorarlos sobre el diseño que deben elegir.

“Hay personas que se quedan asombradas cuando les digo que soy la diseñadora, pero al ver la muestra de mi talento me creen”, dice Valeria Jaruffe Fernández, quien descubrió su gusto por el diseño de modas a los ocho años, mientras le tomaban las medidas para los trajes que luciría en el Concurso Niña Mundo Colombia, en representación del Magdalena.

Aunque estuvo tentada por el modelaje, esta samaria quiso cumplir su sueño de ser diseñadora desde temprano. A los 10 años, le pidió a su mamá, Marta Fernández, que la inscribiera en un curso de diseño de modas, ya no para vestir a sus muñecas sino a niñas de carne y hueso.

Al llegar a la escuela Eemo Modas, la directora se echó a reír cuando la madre de Valeria le dijo que la que iba a estudiar no era ella sino su pequeña hija. Pensó que estaba bromeando. Allí no aceptaban niños, sin embargo, cedió a recibirla con el compromiso de que si no rendía en seis meses debía retirarse.

“Ella entró bajo mi responsabilidad, pero con pie firme. Se ganó a esas señoras que estaban allí, tenía más visión. Ella mostró enseguida que iba a tener una marca de ropa”, cuenta su mamá, quien se siente orgullosa de lo que ha logrado la mayor de sus tres hijos.

Sus estudios
Valeria cursaba sexto grado en el colegio Laura Vicuña cuando empezó la carrera semipresencial – de cinco semestres- de la que espera graduarse el próximo mes. En diciembre pasado terminó la academia, pero está en prácticas.

Al principio, iba en las mañanas a clases en el colegio y dos días a la semana –miércoles y viernes de 2 a 6 de la tarde- a la escuela de modas, pero en segundo semestre no aguantó el trajín y se enfermó. No se rindió. Repitió el semestre y siguió el camino.

“Era bastante pesado estudiar las dos cosas, en el colegio los profesores no me apoyaron y mis compañeros se burlaban, fue muy duro al comienzo. Pero siempre tuve a mi mamá, el apoyo de Dios y de la directora que me decían que tenía talento y que no me rindiera. Eso me llevó a seguir”, afirma Valeria.

Tras culminar el segundo semestre convenció a su mamá, quien no solo es su cómplice sino su socia, de que le apostara al proyecto de abrir una tienda de ropa para exhibir sus diseños. En diciembre de 2011, arrendaron un local en el centro comercial Plazuela 23 y sacó su primera colección de ropa de niña, inspirada en las flores y en la que primaban los colores rosados y fucsia- su preferido-. Se agotó enseguida.

La señora Fernández, quien es ingeniera de sistemas y docente, hizo un préstamo bancario para comprar las telas y pagar el local. Valeria diseñaba y cortaba las prendas y las llevaban a coser en un taller satélite porque no tenían máquinas.

El 10 de julio pasado, día de su cumpleaños, su mamá le dio una gran sorpresa. Le regaló una máquina industrial y una fileteadora. Luego compraron otras tres máquinas a una amiga modista que no las había usado y contrataron dos operarias fijas, aunque todavía algunas prendas, como las camisas, las cosen en talleres satélites.

Toda una empresaria
Hoy, el almacén está en la calle 18 con carrera 6. Lo bautizó con su nombre luego de hacer un sondeo entre sus conocidos. La V tiene forma de corazón y está bordeada por costuras. Allí, no solo venden ropa de niña, que es el fuerte de Valeria, sino trajes para damas, vestidos de baños y camisas de hombre.

“El mercado se fue poniendo más exigente y ahora tengo todas las líneas. Recientemente también están haciendo pedidos para vestidos de fiesta y aspiro dentro de unos meses tener en una parte del almacén unos muestrarios”, dice Valeria, quien luce uno de sus diseños, un vestido corto, de color negro con animal print.

Desde sus inicios en el mundo de la moda, las escuelas de modelaje de la ciudad la buscan para desfilar sus creaciones. Sus hermanos Valentina, de 9 años, y Alex David, de 8; al igual que su padre, Alex Alfonso Jaruffe, también han sido modelos de sus prendas.

Sin embargo, su meta es pisar grandes pasarelas como Colombiamoda, donde participan los mejores diseñadores y marcas de ropa nacionales y extranjeras. “Lastimosamente no he podido ir porque no he tenido los recursos. Me gustaría que la Gobernación o las empresas privadas me brindaran su apoyo”, dice.

A su edad, Valeria tiene claro qué es lo que quiere y para dónde va. Por eso, se cambió de colegio para cursar el bachillerato por ciclos – está terminando noveno grado- y quiere ingresar a la universidad para seguir la carrera profesional de diseñadora.

“Mi proyección a futuro es impulsar mi marca en el país y en el extranjero, tener una cadena de almacenes y, por supuesto, estar en las ferias más importantes. Quiere ser una gran diseñadora como Silvia Tcherassi”, dice una de las jóvenes promesas del diseño de modas en el Magdalena.
 
Fuente: El Tiempo

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